Pasadas las fiestas de fin de año y ya con el verano en estado avanzado, las señales de cable comienzan a reponer (o bien continuar) las nuevas temporadas de sus series televisivas. Y si bien muchas de ellas ya han empezado a emitirse por estos días (“Boss” por TNT, “Hatfields & McCoys” por Space) y otras terminan (“Homeland” tuvo ayer un vertiginoso final por FX), febrero y marzo traerán nuevos y relucientes programas a la tevé paga.
Casi en simultáneo a su debut en los Estados Unidos (allí se estrena hoy) en febrero verá la luz en la Argentina “The Following”, por Warner Channel. Teniendo en cuenta que ya pocos programas recurren al recurso de traducir los títulos, “The Following” podría interpretarse en nuestra lengua como “Los seguidores”, aunque es muy factible que su público se termine identificando con el nombre original.
Creado por Kevin Williamson, el responsable de la franquicia “Scream” para el cine, y con el estelar de Kevin Bacon -quien se pasa al formato televisivo donde sólo había tenido algunas participaciones esporádicas- la serie se centra en la historia de Ryan Hardy, un agente del FBI retirado, venido a menos y afecto a empinar el codo (Bacon) que es requerido por la agencia tras el escape de la cárcel de un asesino serial. El criminal en cuestión, Joe Carroll (James Purefoy) no sólo es un psicópata carismático con quien Hardy comparte un pasado. Con muchas características que recuerdan al célebre Hannibal Lecter, ultimó a sus víctimas siguiendo las historias del escritor Edgar Allan Poe y, de alguna manera, ha creado una legión de “seguidores” para continuar su obra macabra.
Dibujitos incorrectos
En materia de animaciones, febrero también traerá el estreno en Argentina de “Brickleberry”, un dibujito poco elegante y poco correcto creado por Roger Black y Waco O'Guin. Esta serie, que ya se aseguró una segunda temporada en los Estados Unidos, retoma la tradición humorística iniciada por “South Park” y “Family Guy”, en este caso presentando a un grupo de guardaparques que tienen que enfrentar el posible cierre del parque nacional que le da el nombre al título del programa. Hasta allí, todo suena muy simpático, pero el detalle que le ha valido muchos detractores y críticas enfrentadas en el país de origen es el comportamiento políticamente incorrecto y propenso a lo escatológico de los animales que viven en ese hábitat.