La “plaga” de noticias falsas en las redes sociales

¿Es azaroso y una simple e ingenua casualidad que algunas historias sobresalgan por encima de otras a la hora de darles mayor visibilidad en nuestras redes? La respuesta es: no. Recomendaciones.

La “plaga” de noticias falsas en las redes sociales

Las elecciones presidenciales en Estados Unidos y la victoria (sorpresiva para muchos, lógica para otros tantos) de Donald Trump han dejado sus huellas en infinidad de escenarios.

Las redes sociales no están exentas, más teniendo en cuenta que durante los últimos días se convirtieron en un reguero de acusaciones por su protagonismo en la victoria del multimillonario estadounidense, precisamente en la viralización de noticias falsas.

Sin embargo, más allá de la coyuntura y de los comicios en el país norteamericano, la propagación de noticias falsas -siempre con intereses creados- es un tema que desde hace años genera preocupación, más si se tiene en cuenta la repercusión e incidencia de este fenómeno en el día a día.

"Más de 60% de los usuarios de Facebook usa su muro como fuente de acceso a la información (lo que se llama técnicamente NewsFeed). A eso se suma que esa red social nos da una visión parcializada, ya que (por medio de algoritmos basados en nuestro comportamiento on line) Facebook nos muestra en nuestros muros lo que considera que es relevante para nosotros, pero filtra un montón de información. Eso nos mantiene en un círculo cerrado", destacó el especialista en marketing on line, Agustín Soler, quien se desempeña en la incubadora de negocios digitales local Summit.

“Es fundamental entender que Facebook no es un lugar para informarse; ésa no es su finalidad”, indicó Soler.

En tanto, desde esta red social y desde Google buscan de una buena vez poder combatir los sitios con noticias falsas.

Lo conocido

Paseamos por la página de inicio de nuestro perfil en Facebook reiteradas veces al día y siempre nos encontramos con incontables noticias, fotos, posteos y videos que se destacan entre las novedades recientes.

Y mientras más deslizamos el dedo o "scrolleamos" con el mouse -aquellos que todavía lo usan-, mayor es el contenido compartido por nuestros amigos o contactos con el que nos vamos cruzando.

Si bien todo este material se encolumna siguiendo un orden cronológico -ya sea el publicado más recientemente o aquél que tuvo una interacción hace menos tiempo-, lo cierto es que no figuran las actualizaciones o novedades de absolutamente todos nuestros contactos, sino que vemos las de aquellas personas con las que tenemos más interacción.

Por ejemplo, si como usuarios comentamos o ponemos “Me Gusta” asiduamente en los contenidos de nuestros hermanos, serán sus historias las que tendrán un mayor protagonismo y se repetirán con mayor frecuencia en esta sección, mientras que aquellas de perfiles con los que interactuamos poco y nada, quedarán prácticamente invisibilizadas.

La pregunta es entonces: ¿es azaroso y una simple e ingenua casualidad que algunas historias sobresalgan por encima de otras a la hora de darles mayor visibilidad en nuestras redes? La respuesta es: no.

Esto se consigue por medio de un trabajado algoritmo cuyo resultado es exponer más a los perfiles con que más interactuamos.

Una operación muy similar a la que se da en Google a la hora de recomendar búsquedas / resultados o cuando se sugieren productos que -¡oh, casualidad! (de casual no tiene nada)- estuvimos consultando segundos, minutos u horas antes.

“Con esos algoritmos, definen qué es lo que puede gustar o interesar a cada uno, ya sea por la gente con la que más interactuamos, las publicaciones a las que solemos ponerle me gusta o los enlaces y videos en los que hacemos click. También utilizan la información que nosotros marcamos públicamente entre nuestros intereses para mostrarnos noticias vinculadas”, siguió Soler.

Lo negativo vende

Hasta el momento no se evidencia nada reprobable al entender cómo elige Facebook qué aparece en nuestros muros y qué no (siempre y cuando sepamos que no estamos viendo todo, sino una parcialización).

El problema surge cuando las noticias falsas comienzan a meter la cola, y cuando los usuarios las comparten indiscriminadamente sólo por el titular (“porque vende”), sin importar su autenticidad.

“El Papa Francisco apoya a Donald Trump”, “Hillary Clinton gastó 137 millones de dólares en armas ilegales”, “Los Clinton se compraron una mansión de 200 millones en las Maldivas” y “Un agente del FBI -implicado en la filtración de los e-mails de Clinton- mata a su esposa y se suicida”, fueron algunos de los títulos que comenzaron a propagarse los días previos a las elecciones en Estados Unidos.

Su trampolín fue la plataforma Facebook y llegaron a ser compartidas millones de veces con una particularidad: todas son falsas.

“Lo que hace ruido es lo que genera mayor eco. Los contenidos controversiales son los que más se viralizan. El tema es que nadie duda de que existen noticias falsas, pero no por ello dejan de masificarse. Como todo es demasiado perecedero, una vez que se confirma que la información no es verdadera, ya cumplió el objetivo de masificarse”, destacó Soler, quien lo ejemplificó con lo que ocurre en Argentina también con noticias referidas al Gobierno nacional y la oposición y a las idas y vueltas de acusaciones con “links informativos” incluidos.

“La desinformación tiene varios vértices y siempre el favorecido es una de las dos partes de esa polaridad”, explicó el especialista de Summit.

A modo de recomendación ante este bombardeo de noticias ficticias, que generalmente cumple con el requisito de ser verosímiles -lo que dificulta aún más las cosas- y que se van propagando y creciendo como una bola de nieve en caída, Soler sostuvo que hay que estar atentos.

“Está bueno prestar atención a la configuración de las redes ya que muchas veces uno puede elegir a las personas de quien quiere ver las publicaciones primero. Es como cuando elegimos qué diarios queremos leer. Y entender que Facebook no nos muestra todo, sino lo que -por estos algoritmos- considera que nos puede interesar”, sintetizó.

Facebook y Google, a la caza de las mentiras

Luego de las incontables voces que se alzaron y se siguen alzando acusando a Facebook de haber contribuido a la victoria de Trump al no detener las noticias falsas que se viralizaron y acusaban a Clinton de un sinfín de episodios, todo parece indicar que Mark Zuckerberg tiene entre ceja y ceja el objetivo de terminar con estos sitios.

Pero Facebook no está solo en esta cruzada, ya que Google va por lo mismo.

Según publicó recientemente The New York Times, las dos firmas empezarán a combatir las páginas con noticias falsas, y lo harán tratando de ahogarlas económicamente sacándolas de sus sistemas de publicidad.

Según consigna el diario norteamericano, la primera en actuar fue Google y anunció que no les permitiría utilizar su Adsense, mientras que Facebook no tardó en reaccionar actualizando su Audience Network para incluir a las páginas de noticias falsas junto a las de contenido ilegal en la lista de sitios donde no mostrarían publicidad.

Pese a estar actualmente en el ojo de la tormenta por la votación presidencial en Estados Unidos, hace tiempo que las redes sociales vienen padeciendo este problema.

A ello se suma que un estudio global mostró el año pasado que la red social era cada vez más utilizada para leer noticias políticas, y no es casualidad que el propio Trump haya dicho que las redes sociales son más poderosas que el dinero.

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