Por Mario Fiore - mfiore@cimeco.com - Corresponsalía Buenos Aires
El presidente Mauricio Macri ensaya por estas horas diferentes estrategias para dotar a su recién nacida presidencia de gobernabilidad.
Tiene por delante casi dos meses, hasta que el Congreso retome sus actividades, para conseguir armar una alianza más o menos estable con la oposición no kirchnerista, en especial con los diferentes sectores del peronismo ortodoxo que más temprano (como los hermanos Rodríguez Saá y José Manuel de la Sota) o más tarde (como Sergio Massa) rompieron con la ex presidenta Cristina Kirchner.
Temas delicados esperan ser tratados en el primer semestre en el Parlamento, como los DNU firmados por Macri para modificar leyes (en especial la de Comunicación Audiovisual) o el casi seguro envío de un proyecto para cambiar la llamada “Ley Cerrojo” y las normas complementarias -entre ellas el Presupuesto 2016- que impiden al Estado acordar con los holdouts porque inhabilitan al país a ofrecer mejores condiciones de pago que las que se pactaron con los bonistas que aceptaron la reestructuración de la deuda.
El Presidente ya decidió pagar el costo político que sea necesario, pero arreglará con los fondos buitres a cambio de destrabar la llegada de inversiones extranjeras al país. Los popes del PJ no K están al tanto de este derrotero trazado por el gobierno nacional y algunos lo avalan.
Mirando al interior
“Estamos mirando al interior”, dice un integrante del elenco presidencial. ¿A qué se refiere este ministro? A que Macri apuesta a que sean los gobernadores del PJ, sobre todo los de las provincias del Norte, los que terminen por aceptar el juego al que la Casa Rosada los está invitando a participar: apoyo legislativo a cambio de más fondos y obras para sus provincias. El ambicioso Plan Belgrano, que ejecutará el tucumano José Cano, es el principal atractivo para estos mandatarios. Pero, además, Macri ya lanzó la promesa de rediscutir la coparticipación.
Rogelio Frigerio es quien está llevando adelante las conversaciones con los caciques. Tiene a su cargo un ministerio, el de Interior y Obras Públicas, que lo pone como protagonista estelar del andamiaje que el macrismo busca construir. Esta semana que finalizó, Macri logró -a instancias de Frigerio- una foto con el gobernador sanjuanino Sergio Uñac (peronista), quien estuvo con el mendocino Alfredo Cornejo (oficialista) en el anuncio de una autovía en la ruta 40 que unirá ambas provincias.
Pero a Frigerio lo secundan algunos otros dirigentes de la mesa chica del Pro, como el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, quien fue el principal artífice de los acuerdos electorales que le permitieron a Macri llegar al poder. La semana entrante Monzó volverá a recorrer localidades del interior, aprovechando el receso del Parlamento, para aceitar sus vínculos.
Noticias desde el PJ
Las noticias que le llegan a la Casa Rosada desde el peronismo no pueden ser más alentadoras para los planes de Macri. Nadie oculta en Cambiemos que el Presidente espera que se produzca una rápida renovación en el PJ y que la puja la ganen quienes no quieren seguir obedeciendo a la ex presidenta Cristina Kirchner. La foto de la reunión de Sergio Massa con el salteño Juan Manuel Urtubey y el ex titular de la Anses, Diego Bossio, en Pinamar, fue festejada en el oficialismo. La ruptura de los gobernadores y caciques del interior con el “cristinismo” es vista como esencial para la gobernabilidad futura.
Otro cortocircuito se produjo hace unos días en el seno del bloque de senadores del FpV a raíz de los masivos despidos de empleados que dispuso la vicepresidenta Gabriela Michetti con el aval del jefe del bloque K, Miguel Pichetto. Una decena de legisladores cercanos a Cristina Kirchner -motorizados por la camporista mendocina Anabel Fernández Sagasti- decidieron diferenciarse del rionegrino y dejaron salir a la luz las diferencias internas. Estas peleas en el ex oficialismo se agudizarán en febrero, cuando la ex presidenta lance una fundación para demostrar fortaleza política.
En este sentido hay que leer la invitación que le hizo el Presidente a Massa para que, en representación de la oposición, lo acompañe a Davos en busca de inversiones para la Argentina. El macrismo tiene con el Frente Renovador un acuerdo bastante firme en la provincia de Buenos Aires, pero a nivel nacional todavía está verde. La intención original de Macri era llevar a Suiza a Daniel Scioli, pero la crisis que se desató en la provincia de Buenos Aires por la fuga de los autores del triple crimen de General Rodríguez de un penal terminó transformando al ex gobernador en un chivo expiatorio del macrismo. Una vez superados los problemas que la gestión de María Eugenia Vidal está teniendo en su arranque, en la Rosada volverán a buscar acercamientos con Scioli. Temen que el ex candidato presidencial termine jugando junto a Cristina Kirchner en la interna justicialista.