Una histórica peluquería de la Ciudad de Mendoza deja el local que ocupó durante 43 años. Se trata de "Mario Peinados", ubicada en la esquina de Patricias Mendocinas y Espejo, a la vuelta de la Legislatura y frente a la plaza Independencia. Ayer fue el último sábado que abrió sus puertas allí.
Su propietario, Mario Delpir, tiene 83 años y estuvo trabajando hasta hace tres semanas.
El contexto económico hizo de las suyas: el alquiler subió tanto que ya no pueden costearlo, pese a que lo hicieron durante 4 décadas. Por eso, tuvieron que tomar la drástica decisión de irse de ese lugar que tanto los empleados como los clientes sienten como una especie de hogar. La mayoría asegura sentirse triste por no estar más entre esas paredes que guardan tantas historias y tiempo compartido.
Para poder continuar se trasladarán a un local mucho más chico por lo que tendrán que achicarse también. "Los propietarios necesitan alquilar por más monto y no podemos pagarlo", señaló Gladys, esposa de Mario. "Se cumplió un ciclo; era un instituto de belleza completo pero por los requisitos de los locadores no se puede ubicar todo junto como teníamos, por eso tendremos sólo la peluquería por ahora", explicó.
En el camino quedarán los servicios de depilación (tienen tres depiladoras), cama solar, maquillaje, limpieza de cutis y pilates. El espacio que dejan tiene dos plantas mientras que al que se mudan tiene el 10% de su superficie. Estará en Pedro Vargas 559 de Ciudad.
“Quedamos pocos empleados peleando para que no se pierda esta empresa”, relató Francisco Aguilera, el colorista que trabaja allí desde hace 33 años. “Nos superaron los gastos, es difícil pagar el alquiler a término”, agregó.
Por el lugar pasaron personalidades públicas y de reconocimiento en la vida social de la provincia. "Teté Coustarot venía una vez por año, cuando venía a la Vendimia, a peinarse con Mario y lo ha hecho hasta hace poco", contó Mabel, quien trabaja allí como manicura y pedicura desde hace 29 años.
La cantante Tormenta, Fabián Gianola, Gladys Florimonte, Carlos Calvo, son algunos de los "famosos nacionales" que pasaron por allí. También personas de familias mendocinas tradicionales.
Recuerdos y tristeza
Si hay algo que caracteriza este lugar es que quienes han establecido un vínculo con él lo han mantenido por décadas. Hay empleados de 30 años o más y lo mismo sucede con las clientas.
"Soy clienta desde hace más de 43 años, ya que comencé a hacerme a atender desde antes que se instalaran en este lugar", comentó María Eugenia mientras esperaba para ser atendida.
Entre secadores, tinturas y trabajos de manicura, las mujeres relataron a Los Andes lo cómodas que siempre se han sentido en este lugar y que, luego de tantos años de conocerse, han acompañado procesos de los mismos empleados.
Incluso la fidelidad de algunas es tal que viajan varios kilómetros para hacerse atender en este lugar.
"Vengo todos los viernes desde hace 30 años", contó Isabel Pacce, quien se traslada desde Tunuyán. Mencionó que la peina Lidia, una de las "vedettes" del lugar, y que su esposo cuando la busca le hace la misma broma: "¿Qué pasó? ¿No estaba Lidia?".Comentó que los ha visto crecer, vio casarse a una de las chicas, tener a su bebé y que esa misma niña cumpliera 15 años. María Eugenia recordó que cuando fue ese casamiento -el de Lidia- le hicieron un regalo entre la gente de la peluquería y las clientas.
Ana María viene desde San Rafael cada 3 meses. Recordó a Mario como una persona siempre de buen carácter, de espíritu juvenil, buen sentido del humor y amable. Si hay algo en lo que coinciden todas es en lo cómodas que siempre se han sentido. Es que quienes trabajaban en el salón y sus clientes son como una familia.
