Cantina Wine Club llegó para satisfacer una necesidad latente en la concurrida Arístides Villanueva: buenos vinos en copa -hay más de 300 etiquetas- y un tapeo original, rico y elaborado, para no quedarse con un sabor sino ir por varios. Se trata de una alternativa que se parece más a la de las grandes capitales europeas, por tanto no es extraño ver a los extranjeros tomando vino y comiendo algo de estas latitudes al atardecer.
Los de acá, en tanto, a modo de after office -otra de las tendencias que se instalan en Mendoza- apuestan a dejar el trabajo en la oficina, distenderse y luego llegar a casa más relajados y limpios de la contaminación y el estrés laboral; en La Cantina, hallaron el lugar indicado.
Los platos a cargo del chef Nicolás Bedorrou integran opciones divertidas, tablas y tapas para conjugar sabores, aromas y texturas con alguno de los generosos caldos que esta tierra sabe concebir. Ahumados; el imbatible PPP (pulpo, papas y pimentón); Cevichito con camote tibio; Osobuco al Malbec -cocido en 6 largas horas que logra que se deshaga en la boca-; el recomendable ragú de cordero de 8 horas de cocción; arroz yamaní con piel de limón, vegetales, algunas de las sugerencias que apuntan a no opacar al elixir de Baco. Otro tema relevante: son porciones chicas para probar dos o tres, para compartir con diversos varietales y amigos, claro.
Bedorrou explicó a Turismo que armó el menú en base a la carta de vinos pero con un concepto que desestructura el maridaje, una invitación a animarse a lo nuevo o a lo que el paladar dicte sin paradigmas obsoletos. “Un estilo tapeo pero con comidas ricas, bien preparadas, ingeniosas, que cuidan la calidad del producto y del proceso. A mí me gusta comer así, probar 2 ó 3 cosas, bien hechas, algo diferente a las opciones de lomo, pizza y rabas”
El chef trabaja con el sistema al vacío en el que cada porción se prepara y sella para su perfecta conservación. Al momento de la comanda, se calienta y sirve y sabe como recién hecha. A propósito: éste es el nuevo desafío de Nicolás que a través de “Sagrada Comida” ofrecerá a los mendocinos la posibilidad de llevar sus deliciosos platos a casa y comerlos en el momento que gusten. “Por ejemplo te llevás una porción de fetuccini con albóndigas de cordero; lo calentás en agua y listo” señala el cocinero que en las próximas semanas lanzará la propuesta con división hogar y restaurantes.
La Cantina, por su parte, también abre el juego para llevar los vinos a precios súper convenientes. Así entre pequeñas y bodegas boutique, también las grandes casas vitivinícolas argentinas para brindar cada noche en el lugar o compartir en la intimidad del hogar.
Los datos
Dónde: Arístides Villanueva y Paso de los Andes.
Precio de vino por copas:
de $ 40 a $ 120; botella $ 50 a$ 700.
Los platos: desde $ 75.
