Nombre para el Parque Central

Nombre para el Parque Central

Hace 10 años, un medio local lanzó una encuesta pública que decía: "Se busca un nombre para el Parque Central". De inmediato contesté con una nota de fecha 7 de abril de 2003; en ella puse que, a mi juicio, debía llevar el nombre de Carlos González Pinto. No creo haberme equivocado.

Será el momento preciso de cumplir con un hombre que llegó al gobierno y al que le pidieron que empuñara el timón de un barco a la deriva.

Mendoza, destruida por el terremoto de 1861, todavía lloraba sus 4.000 muertos. Necesitaba su reconstrucción.

Con fecha 6 de diciembre de 1863 mediante un decreto firmado por su colaborador Eusebio Blanco, se realiza el nombramiento de Julio Balloffet y de Carlos Rivarola, los agrimensores que confeccionaron la planimetría de la ciudad de Mendoza.

El tiempo, juez implacable e inapelable, confirma que el lugar elegido por don Carlos fue el correcto. Una cuesta plana con pendiente de sur a norte y de oeste a este, y cercana a la vieja ciudad. Su hermano, Lucas González Pinto, ministro de Hacienda de Bartolomé Mitre, se las ingeniaba para mandarle fondos para la reconstrucción.

Después de más de cien años le pusieron el nombre de Gobernador González a una oscura calle de la vieja ciudad.

Tardío y ridículo homenaje para el creador de la nueva, cuyas calles ostentan nombres que no hicieron ni la décima parte de la obra que totalizó González en su mandato.

Empezarán a cumplir 150 años de vida una gran cantidad de obras que dejó el gobierno de Carlos González Pinto: colegios secundarios como el de señoritas, hoy Escuela Normal; el Nacional Agustín Álvarez, otras 23 escuelas primarias y la Penitenciaría. Muchos se preguntarán: ¿Todo eso hizo don Carlos y aún no tiene reconocimiento?

Es una bella historia ancestral ocultada y tergiversada por una logia sectaria que no supo perder; no perdonó nunca a Carlos González por haber reconstruido Mendoza en el lugar actual.

Los historiadores dependen de los informantes y, cuando estos son tendenciosos, convierten la historia en una novela. La historia debe escribirse con hechos y no con argumentos.

Creo que un siglo y medio es un tiempo respetable para cumplir con un hombre que aceptó el mandato de su pueblo y con la ciudad que lo vio nacer.

El Parque Central está en el meridiano que divide a la vieja ciudad de la nueva, creada por Carlos González. No es descabellado entonces pretender que lleve su nombre.  Sería el justo reconocimiento de una obra memorable. Cualquier otro nombre sería una injusticia con el hombre que hizo méritos incalculables para que ese lugar llevara el suyo. Se cancelaría así la deuda pendiente que tiene la provincia y, sobre todo, la ciudad.

Juan Carlos de Borbón - DNI 6.822.884

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