Décadas después de la segunda versión de “Los diez mandamientos” (1956) de Cecil B. De Mille, el director estadounidense Darren Aronofsky (“El cisne negro”, “Réquiem por un sueño”) vuelve a renovar la tradición de la épica bíblica hecha por los estudios para el gran público con “Noé”, una superproducción que cuenta con Russell Crowe en el papel del constructor del arca según la historia narrada en el Antiguo Testamento.
Pero supuestamente, la película que se estrena en los Estados Unidos el próximo viernes 28 y entre nosotros se anuncia para abril, viene cargada de controversia por todos los costados.
Aunque el mismo Aronofsky ha asegurado que su apego a la Sagrada Escritura ha sido total, los primeros ataques llegaron desde el mundo musulmán que prohíbe la representación de las figuras mencionadas en el Corán y, por lo tanto, la película no estrenará en países con ese credo (ver El rechazo musulmán).
Pero también varios grupos católicos conservadores han alegado que el personaje del film no es lo suficientemente literal y que es representado erróneamente como “el primer ambientalista” (así lo llamó el propio Aronofsky).
Por otra parte, muchos no necesariamente religiosos han aducido que se trata de una parábola oscura en la que los conceptos de pecado, piedad y justicia brillan por su ausencia.
Lo concreto, para quienes vieron la película en su estreno mexicano el pasado viernes 21, es que el Noé de esta película que costó casi 140 millones de dólares, no tiene nada que ver con los libros de dibujos que muchos leen cuando niños.
Por si fuera poco, tanto Russell Crowe como Darren Aronofsky intentaron conseguir una audiencia con el Papa Francisco para obtener el “visto bueno” del Vaticano sobre la película, algo que finalmente no se concretó y que muy probablemente hubiera estado de más ya que, a pesar de las polémicas, no está siendo merecedora del boicot que los católicos le hicieron a “La última tentación de Cristo” (1988, de Martin Scorsese), ni tampoco llevará a las iglesias a enviar micros llenos de gente a los cines como hizo con “La pasión de Cristo” (2004, de Mel Gibson).
En cuanto al tema de la literalidad, es también bastante objetable. “¿Qué es literalidad a la hora de interpretar y hacer una representación artística de un texto? ¿Acaso el David de Miguel Ángel es una interpretación literal de cómo lucía el verdadero David? ¿Y cómo era el verdadero David?”, ha dicho el propio realizador.
Figura universal
La historia de Noé fascinó a Aronofsky como un niño judío que creció en Brooklyn. Recuerda un poema que escribió sobre el cuento cuando tenía 13 años -y el subsiguiente elogio de un profesor- como su nacimiento como narrador. Si la película de Mel Gibson “La pasión de Cristo” fue explícitamente hecha por un cristiano para cristianos, Aronofsky ha asegurado que su “Noé” es “para todo el mundo”.
“La parte medular de la película son los valores, que quienes creen reconozcan como propios porque nos apegamos mucho al texto original, y para quienes no son creyentes o menos religiosos encontrarán una película emocionante, que no está en la Biblia de su abuela, sino un espectáculo visual con un gran drama”, añadió el cineasta.
“Por otra parte, dijo también Aronofsky- la figura de Noé no sólo le pertenece a la tradición judeo-cristiana-islámica. Todo el mundo en el planeta conoce su historia”.
El relato en el Génesis tiene apenas unas páginas y ofrece más detalles sobre las dimensiones del arca que sobre quién era Noé. A éste le instruye Dios -apenado” en su corazón al ver en lo que se ha convertido la humanidad generaciones después de la creación- para que construya un arca y la llene con una pareja de cada animal existente.
Tras el diluvio, sobreviene el conflicto de Noé con su hijo Cam, quien trata de alcohólico a su padre luego de haberlo visto desnudo y borracho en una tienda, con lo que Noé maldice a su descendencia a través de su nieto Canaán. Todas pistas para que Aronofsky hable sobre el dolor que habría agobiado a Noé.
El reparto de la película se completa con Anthony Hopkins como Matusalén, Jennifer Connelly como la esposa de Noé, Emma Watson como amiga de uno de sus hijos y Ray Winstone como un personaje creado por Aronofsky: el villano que quiere impedir a Noé cumplir con su misión.
El rechazo musulmán
La semana pasada se comunicó que la película será prohibida en gran parte del mundo musulmán porque podría ofender a los espectadores ya que, se sabe, contradice el tabú común en el Islam sobre la representación de profetas.
“Hay escenas que contradicen el Islam y a la Biblia”, dijo el director del Centro Nacional de Medios de los Emiratos Árabes Unidos, Juma Al-Leem. Y agregó que los censores de los Emiratos Árabes Unidos vieron la película antes de prohibirla. “Es importante respetar estas religiones y no mostrar el film”.
Censores en Qatar y Barein también confirmaron que no estrenarán la cinta porque “contradice las enseñanzas del Islam”.
Una de las instituciones religiosas más reverenciadas del Islam, Al-Azhar en Egipto, emitió un edicto diciendo que rechaza la película porque viola la ley islámica al representar a un profeta y que esto podría “afectar los sentimientos de los creyentes”.
Entre los musulmanes, las representaciones de cualquier profeta se evitan para no provocar la adoración a una persona. Muchos países de mayoría musulmana también penalizan la blasfemia.
El Corán menciona a sólo 25 profetas por su nombre, incluido Noé. Los musulmanes creen que Noé, a quien se refieren en árabe como Nuh, construyó su arca por orden de Dios cuando su comunidad se negaba a adorarlo solo a Él. Aunque existen diferencias entre el relato de la Biblia y el relato del Corán sobre Noé, ambos mencionan una terrible inundación y el arca como la salvación de una pareja de animales de cada especie.
Oficiales en otros países de mayoría musulmana dijeron que muy probablemente los censores gubernamentales tampoco aprobarán la película que ya fue rechazada en Paquistán, Túnez y Marruecos.
Existen muchas películas para niños y dibujos animados que relatan la historia de Noé en el Islam sin mostrar su rostro. Sin embargo, ha habido casos en que los profetas o sus acompañantes sí se han presentado en las pantallas del Medio Oriente.
“La pasión de Cristo” de Mel Gibson, que muestra la crucifixión de Jesús, se exhibió en gran parte de la región, aunque no en la mayoría de los cines de Israel y partes del Golfo.