La estupenda presentación de dos grandes del folklore dejó a un público insaciable, pleno de satisfacción y alegría, pese a la lluvia torrencial que se desplomó durante el último show de la noche.
La penúltima noche de Rivadavia Canta al País contó con una nutrida presencia de público que desde muy temprano fueron ocupando los lugares del Complejo Deportivo Municipal, un predio que puede dar albergue a cientos de espectadores cómodamente ubicados en sillas tanto para el espacio preferencial como para el resto del predio. En el mismo lugar se encontraban varias decenas de puestos de artesanos, foodtrucks, patio de juegos para los más pequeños y toda una calle de parrilladas, con lugares para las familias que eligieron quedarse a comer en el lugar.
La noche folklórica congregó a los músicos locales más reconocidos que fueron poniéndole calidez a la previa, con un nutrido repertorio en el que cada uno tuvo oportunidad de lucirse en escena con la misma cantidad de temas. En la previa se destacaron Joaquín Aguilar, muy joven representante de la música folklórica que alguna vez tocó con el Chaqueño Palavecino y desde entonces adoptó el estilo del Chaco en sus presentaciones. También estuvieron Ariel Fernández, los Mellizos Vilchez, la Creciente y José Molina cada uno con su impronta, aportando color a la noche autóctona del festival.
Uno de los segmentos más emotivos de la noche fue la presentación del ballet Picahueso, con un homenaje al Ejército Libertador, en el que una representación del General San Martín arengando a sus granaderos, conmovió al público que saltó de sus sillas para ovacionarlos.
Tal fue la intensidad del momento que los mismos locutores, en el escenario, mencionaron lo infrecuente que resulta ver al público de Rivadavia Canta al País de pié. El momento cerró con un broche para los del ballet, -que viene de obtener el premio "Revelación" en Cosquín-, al recibir un reconocimiento por parte de la comuna de la mano de su mandatario Miguel Ángel Ronco, quien les entregó una placa por su trabajo como difusores de la cultura.
El tiempo acompañó porque aunque algunas nubes amenazaban, no llovió hasta muy entrada la madrugada. La temperatura cálida la puso el público que comenzó a congregarse desde las 20.30 con sillas, mate y algunos con provisiones para pasar la noche. Aunque la mayoría aprovechó la variada oferta gastronómica de los muchos foodtrucks que había en el predio, como así también la exquisitas parrillas que ostentaban todo tipo de carnes con mesas dispuestas para todo el grupo familiar.
Luciano, el encantador
El humor de Beto Moya, cubrió el bloque de simpático y sirvió de soporte para esperar la muy puntual aparición de Luciano Pereyra, quien apenas pasados tres minutos de las cero del lunes, arrancaba su show impecable, para el público más joven de la noche.
Comenzó bien arriba con su “Para casarme contigo”, acompañado de la gente que coreó cada uno de los temas y disfrutó con el despliegue de un artista que se comió el escenario.
El delirio del público llegó cuando hizo "No te puedo olvidar", un carnavalito tocado a duo de charango, con sus seguidores respondiendo a cada gesto del artista, para luego bajar con toda la dulzura que lo caracteriza sobre el escenario con los muy románticos "Arrepentida" y "Soy yo".
El show de más de una hora y media, contó con perlitas como la presentación de un tema que aún no ha sido estrenado oficialmente, por lo que el artista debió adelantarles el estribillo a sus fans para que lo siguieran con los coros. Otro momento memorable fue el adelanto del tema “Ella ya me olvidó” con el que estará en el escenario del Festival de Viña del Mar, la semana próxima.
La aplanadora chaqueña
Chaqueño Palavecino arrancó cinco minutos antes de las 2, (casi 30 minutos después del horario previsto) con la ovación del público que había esperado pacientemente la llegada del ídolo norteño, junto a algunos relámpagos que comenzaban a anunciar el aguacero que minutos más tarde cayó a plomo sobre el público permaneció estoico bajo el agua.
Es que el despliegue vocal y musical del Chaqueño es abrumador. Tanto sus músicos, como el ballet local Cruz del Sur que acompañó cada uno de los temas completaban un conjunto visual y sonoro de primer nivel.
Rápidamente, la energía del escenario se despegó hasta lo más alto con “Chacarera del Algarrobo”, tras lo cual la fuerte lluvia amenazó con suspender el final de una noche más que especial.
Durante algunos minutos, el público comenzó a movilizarse para guarecerse bajo algunas sombrillas o debajo de las sillas. Los más precavidos, sacaron paraguas e impermeables, sin embargo algunas familias con bebés y personas mayores debieron retirarse hacia las carpas previstas para cualquier imprevisto, quedando fuera del sector para ver el escenario.
La contundencia musical del Chaqueño no bajó ni un decibel a lo largo del show. La presentación de los temas de su último disco "Soy y seré" de 2019 tuvo la misma acogida que los clásicos de siempre por parte de un público empapado que seguía frente al escenario. Tanto así, que el propio Chaqueño se paró en la parte del escenario sin resguardo, y cantó varios temas en plena lluvia, como retribución a la fidelidad de su gente.
Entre los clásicos, "Pongale por las hileras", "Amor Salvaje" y "La ley y la trampa" le otorgaron el calor necesario para continuar una noche cada vez más fría.
La despedida -pensó el músico- llegaría con "Don Amancio", sin embargo el público pidió dos bises más, tras lo cual entre risas el Chaqueño pidió la intervención del intendente Ronco, quien haciendo yunta con el pedido de la gente consiguió que el show se extendiera varios temas más.
De este modo, cerró una noche épica del festival que mayor cantidad de artistas ha convocado esta temporada.