Un grupo de habitantes de Potrerillos que no podía comprar un terreno para tener su vivienda comenzó a reunirse para analizar de qué manera acceder a uno. Ubicaron un predio fiscal de 32 hectáreas en la ruta 89, unos 7 kilómetros antes de llegar a Vallecitos.
Pero en vez de usurparlo optaron por trabajar, tener paciencia e ir siguiendo el camino legal. Hoy comentan satisfechos que ya tienen el boleto de compra-venta del lote y han pagado las primeras dos cuotas, y esperan realizar la mensura para ser incluidos en el IPV.
El terreno tiene vistas a una parte del embalse Potrerillos -una pequeña mancha azul a lo lejos- y al Cordón del Plata. La parcela cuenta con un cierre perimetral y en la entrada hay un cartel que indica que es propiedad de El Llano, la unión vecinal que agrupa a unas 40 familias. La mayoría son pobladores de Potrerillos, aunque unos pocos viven por ahora en otras partes de la provincia.
Fabián Muñoz, uno de los integrantes de la entidad, destaca que entre los asociados hay cinco matrimonios jóvenes, de un promedio de 24 años, hijos de habitantes de la villa de Potrerillos y que en un tiempo podrán tener su propia casa. Es que después de la construcción del dique, el precio de los terrenos se elevó considerablemente y ronda los 300 pesos el metro, por lo que resulta muy difícil a la gente de la zona poder comprar un lote.
"El primer grupo de personas empezó a reunirse en 2001 y vieron este terreno, pero nunca hubo voluntad de usurpar porque sabían que de esa manera no les iban a dar un crédito. Preferimos esperar y trabajar", cuenta Fabián.
Y agrega que a él, quien reside en Potrerillos más o menos desde esa época, lo invitó a participar el presidente de la unión vecinal, Arnaldo Ré (quien falleció).
Así iniciaron un largo recorrido que los llevó a ser incluidos, junto con otras organizaciones de distintas partes de la provincia, en un proyecto de regularización de tierras públicas a través del Prosap (Programa de Servicios Agrícolas Provinciales).
En el caso de El Llano, el terreno será dividido en 40 lotes, con un área común, y cada familia desarrollará un emprendimiento turístico para auto-sustentarse, ya que en la zona no es fácil conseguir trabajo.
Muñoz explica que, como Vallecitos no cuenta con servicios para los visitantes y los andinistas que quieren hacer cumbre en el Aconcagua se aclimatan en el Cordón del Plata, creen que es una buena opción ofrecer diversas propuestas a los turistas. Él y su familia tienen planeado abrir un salón de té, donde prepararán infusiones con hierbas que ellos mismos cultivarán en un invernadero.
Es que como el financiamiento también proviene del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, los proyectos deben tener un perfil productivo ligado al trabajo de la tierra.
De ahí que, además, tienen planeado plantar frutales como arbolado del futuro barrio, tanto en el frente de las casas como en los patios. Las frutas se usarán luego para elaborar dulces y mermeladas en el salón de usos múltiples que se levantará en un lote de 5 mil metros.
Sin embargo, para llegar a ese momento, todavía deben cumplir algunas etapas. La primera de ellas es firmar un convenio a través del cual obtendrán financiamiento para hacer la mensura del terreno, de manera de dividirlo en lotes. Este es el requisito para que luego el Instituto Provincial de la Vivienda los incluya en una operativa de vivienda rural. De hecho, hay doce socios de la unión vecinal que quieren que sus casas estén construidas en quincha (sistema que utiliza tierra cruda y otros materiales de la zona en lugar de ladrillo).
Fabián Muñoz destacó que ya lograron que el municipio de Luján autorizara edificaciones de barro en áreas rurales y que se trataría de la primera experiencia de este tipo en viviendas construidas por el IPV, ya que hay otras en la provincia pero edificadas por privados.
Con el dinero que obtengan del Programa Nacional de Titulación y Arraigo Rural también financiarán una perforación para obtener agua. Esto, porque al otro lado de la ruta fluye el río Blanco pero no les autorizan a utilizar este recurso porque se reserva para el Gran Mendoza. Muñoz manifiesta que si el barrio se ubicara en el conglomerado urbano, les darían la factibilidad, pero aquí les impiden acceder a una fuente que está frente al loteo.
Cambiar de vida
Walter Muñoz, hermano de Fabián, cuenta que llegó a la montaña desde Godoy Cruz hace unos tres años y si bien sus hijos más grandes -tiene cuatro, de 21, 19 y 12- no terminan de acostumbrarse a vivir en la zona, con su esposa no se irían a otro lugar. Esto, pese a que son los únicos que viven en el lote, en una construcción que funcionará como obrador, y no tienen agua potable ni otras viviendas en el entorno inmediato.
El proyecto de ellos, cuando tengan su casa, es abrir una proveeduría y Walter se ilusiona con esto porque explica que las oportunidades laborales en la zona son acotadas. Él trabaja, como varios pobladores, en la construcción, pero durante los meses fríos, que ocupan casi la mitad del año, se paran las obras. Entonces, muchos apuestan a vender cosas a los visitantes durante los 15 días de las vacaciones de invierno y los fines de semana cuando hay nieve. O durante los fines de semanas largo.
Emiliano Ríos es miembro de la cuarta generación de la familia que vive en Potrerillos. Como formó su propio hogar, con su esposa y un hijo de dos años, habita una casa prestada, al lado de la de su padre. El joven no sólo espera tener su propia vivienda, sino sobre todo abrir una lavandería, que asegura hace mucha falta para todos los valles que integran Potrerillos.
Emiliano señaló que 70% de los habitantes depende, de una u otra manera, del turismo. Pero que en invierno se complica mucho realizar ciertas actividades y que las distancias siguen siendo un problema, sumado a la poca frecuencia del transporte público para ir de un valle a otro.
Dos proyectos piloto
El ministro de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales, Guillermo Elizalde, comentó que, en forma complementaria a la definición de un plan de ordenamiento territorial y uso de suelo, la intención del área es avanzar en la regularización dominial.
Esto, con ocupantes históricos de terrenos fiscales, en particular puesteros de zonas rurales, que no han podido obtener títulos de propiedad por una cuestión económica. En esta etapa inicial, se está trabajando en dos proyectos piloto, el del grupo de Luján y otro de Santa Rosa, integrado por 29 familias que viven y cultivan 89 hectáreas.
Con financiamiento del Programa Nacional de Titulación y Arraigo Rural se espera que puedan realizar la mensura del terreno -lo que es necesario para poder escriturar- y en algunos casos también levantar cierres perimetrales o hacer una perforación de agua. La idea es que produzcan en forma comunitaria y más adelante mejorar las condiciones de las viviendas.
El director de Desarrollo Territorial del Ministerio, Carlos Frías, explicó que el programa nacional apunta al arraigo y el desarrollo productivo. El funcionario detalló que estos proyectos se eligieron porque se trata de grupos organizados y para que la provincia les pueda adjudicar la tierra deben tener personería jurídica. Sin embargo, la intención es ir avanzando en otras situaciones similares.
