Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
Esta semana se conocieron los índices de precios de agosto y, mientras para Mendoza arrojó un valor negativo de 1,2%, en los números del Indec mostró una pequeña suba del 0,2%. En ambos casos el efecto fue generado por la anulación de los aumentos de tarifas dispuesta por la Justicia.
En primer lugar hay que aclarar que un índice negativo un mes no significa deflación, ya que éste es un proceso que requiere de varios meses continuos para poder calificarlo. Lo mismo ocurre con la inflación. Quizás como título sea más impactante pero es incorrecto decir que un mes hubo deflación o que otro mes hubo inflación. Ambos son procesos continuos que requieren varios meses para acceder a dicha calificación.
En cuanto a la diferencia tan grande entre un -1,2 y un + 0,2 hay una explicación técnica. Cuando se aplicaron los nuevos cuadros tarifarios para el gas, sólo se tomó la nueva tarifa sin tener en cuenta los valores anteriores. Mendoza presentaba una particularidad, y era que las tarifas no se habían actualizado antes por varias acciones de amparo por lo que el atraso era muy significativo.
El mes que aumentaron las tarifas, el índice de precios en Mendoza dio casi igual al del Indec, que había tomado tarifas de gas y de luz. La electricidad, en el área metropolitana de Buenos Aires también estaba atrasada y al hacer el cómputo, ambos dieron altos por los respectivos atrasos.
Pero al darse marcha atrás sólo con los valores del gas, los valores registrados fueron distintos. En el caso de Mendoza, se volvió a la tarifa anterior con beneficio de amparos, mientras en Buenos Aires se volvió a la tarifa que aquí no se pudo aplicar.
Ésta es la razón principal que explica la diferencia en la variación del índice entre Mendoza y el Indec. En nuestra provincia, además, se notó fuerte la rebaja de precios de indumentaria por las liquidaciones de temporada, mientras el Indec ya detectó precios de la nueva temporada, algo que, seguramente, va a aparecer en nuestro índice de setiembre.