Uno está mucho más fino que otro y eso se notó en cancha. Murialdo está a quince días de debutar en el TDI y Gimnasia hace un par de semanas que recién inició su pretemporada.
La acumulación de de jornadas de doble turno y la exigencia física es el foco principal de la preparación por éstos días del Lobo por lo que la pelota “le hace ruido” en los pies a los futbolistas.
¿Pese a esto se pueden sacar algunas conclusiones? No, ninguna. Aunque sí tomar los primeros apuntes y expresar en público, por primera vez, la nueva idea del DT.
Gimnasia parece enterrar el 3-4-1-2 y nace la era del 4-3-1-2. Ayer el DT probó como centrales la dupla Albornoz-Marín, que estuvo acompañada por Corvalán por un lado y Carrizo por el otro. Bloque defensivo casi completamente nuevo (Abaurre-Albornoz-Villarino terminó jugando el torneo anterior).
En el mediocampo los cambios tampoco son menores: tres volantes de manejo y despliegue (Garín-Garay-Fredrich) y un enlace (Oga) para conectar con la dupla ofensiva Akerman-Pereyra. Este es el nuevo bosquejo. Fredrich y Akerman se robaban todas las miradas y no decepcionaron.
Fredrich hizo el gol con un zurdazo maravilloso de tiro libre y se entendió bien Carrizo por su andarivel. Lo de Akerman no necesita mayores presentaciones: entiende como pocos el juego de espaldas al arco, mete diagonales y se asocia bien al ras del piso. Tiene 35 años que no les pesan y los hace pesar.
Oga y Pereyra son los que más sufrieron la falta de respuesta de sus piernas, al igual que Corvalán. Garín y Garay, en menor medida, pero también la exigencia física les pasó factura. El Lobo está en construcción: Precaución, hombres trabajando.