El pedido de un aumento del 100% en la tarifa de agua para Aysam, con la aclaración de que solo servirá para pagar gastos de funcionamiento y no alcanzará para inversiones, es una clara muestra de que esto no da para más. Cuando la empresa estaba bajo una concesión privada no le autorizaban aumentos y después la sancionaban por falta de obra y así le quitaron la concesión. Por supuesto hubo un juicio que la provincia perdió.
Pero esta petición muestra una vez más que vamos atrás de los problemas dejándonos llevar por la corriente. Aún subsisten en la empresa problemas graves en su infraestructura, viejas cañerías no registradas, pérdidas, conexiones clandestinas y aumento desmedido de la demanda que no se puede controlar con este sistema de tarifas.
Sería bueno que primero llegara un plan integral de inversiones para aumentar la capacidad de producción y la eficiencia de las redes, pero que también pasemos en forma rápida al cobro volumétrico para que cada uno pague en función de los litros efectivamente consumidos. Hay que poner fin a las pérdidas y los robos con un plan adecuado, pero hay que tener claro que un aumento semejante de tarifas no servirá de nada y sólo va a generar una mayor degradación del servicio y un perjuicio directo a la población.