La reunión de urgencia entre las autoridades de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y los presidentes de River Plate y Flamengo -finalistas de la Copa Libertadores de América- dio como resultado el traslado de la final única a Lima, Perú, el 23 de noviembre, después de descartarse a Santiago de Chile por los incesantes conflictos sociales y políticos que atraviesa el vecino país.
El partido comenzará a las 15 de Perú (17 de Argentina).
Era un secreto a voces y terminó por confirmarse: no estaban dadas las garantías para que Chile organice el juego decisivo la Copa. Las marchas, manifestaciones e incidentes que se registran en las calles de Santiago y sus alrededores forzaron el cambio de sede.
De hecho, en las últimas horas comenzó a circular por redes sociales un llamado masivo a manifestarse el 23 de noviembre en las afueras del Estadio Nacional de Santiago. Eso derivó en la negativa final, tanto de los clubes como de la Conmebol.
"La final única de la Conmebol Libertadores será en Lima", publicó en Twitter la Conmebol a las 19.54 del martes.
Entonces, en Paraguay, los altos directivos terminaron por descartar la chance chilena y después de muchas idas y vueltas, se decidieron por el estadio Monumental de Lima, con capacidad para 80 mil espectadores.
Atrás quedaron las opciones de Asunción, Montevideo y Medellín.