Los smartphones son probablemente el dispositivo electrónico de consumo masivo más popular de la última década. Apple, Samsung, Motorola, LG y tantas otras empresas del rubro se debaten la posibilidad de encantar a sus millones de potenciales clientes.
Sin importar lo mucho que vendan esas compañías algo es cierto: los teléfonos inteligentes son muy costosos, pueden superar rápidamente los 200 dólares y llegar a los 900 sin variar mucho sus prestaciones.
Pero cuando en febrero de este año el fabricante indio Ringing Bells anunció la venta de un equipo básico por tan solo 4 dólares, todos se quedaron fascinados con que esto fuese posible. Ahora las autoridades de ese país ven poco plausible la posibilidad de producir un móvil tan económico sin que haya algo raro en el medio. ¿Qué sucede detrás del mágico precio?