Hecha la ley, hecha la trampa suelen decir. Hace 20 años atrás, cuando el e-mail se convirtió en el método de comunicación por excelencia, empezaron a aparecer todo tipo de trampas, que siempre utilizaron la buena fe de las personas para reproducirse.
A esto se lo conoce como ingeniería social, y sigue sucediendo. Pero ahora no son solamente los correos basura los que intentan mofarse de la inexperiencia de los usuarios. En las redes sociales también miles de personas caen en estas prácticas, que lo único que logran es seguir generando confusión y alerta respecto a la privacidad y seguridad de nuestra información.
Estos últimos días Facebook fue plagado de mensajes donde los usuarios advierten que sus datos está siendo utilizados por la red social de Mark Zuckerberg, y mediante un post con tonalidad legal le exigen a la empresa desista de manipularlos. ¿Es cierto todo esto?