Una de las frases más escuchadas en la semana fue que “hay que ganar como local”, ya que Independiente venía de una dura derrota ante Unión.
Por esa razón el equipo de Ricardo Rodríguez salió con todo a tratar de agarrar dormido a All Boys, pero no tuvo la puntería necesaria y se quedó con un empate con gusto a muy poco.
La Lepra arrancó con ímpetu, utilizó bien las bandas, pero a medida que pasaron los minutos la ansiedad le fue ganando y su fútbol se fue diluyendo.
Si bien Independiente no perdió el control del balón, las ideas se le fueron acabando y así le costaba abrir la férrea defensa de All Boys.
La mejor chance la tuvo Walter García, que él mismo generó, pero que Cambiasso le terminó amargando porque le detuvo el penal.
Después de esa acción, Independiente dejó que pasar el tiempo hasta que se le agotó, ante un rival que no propuso nada y que sólo vino a cerrarse y llevarse un punto.
En el segundo tiempo, una ráfaga de dos llegadas en dos minutos, ambas de Velázquez y ambas anuladas por Cambiasso, hacía parecer que la mano venía cambiada, pero finalmente terminó siendop sólo una distracción de la defensa del Albo, porque después volvió a ser más de los mismo: Independiente intentando y All Boys desactivando cada ataque.
Con la entrada de Ezequiel Pérez, Rodríguez intentó encontrar la llave para abrir el cerrojo de la defensa visitante, pero no pudo asociarse con el Bebu Velázquez y así al Lepra no tuvo juego.
La desesperación por quedarse con los tres puntos se pudo ver en el final del partido cuando el equipo quedó con cinco jugadores ofensivos y uno de marca, pero ni así logró vencer a un Cambiasso que se quedó con todo.