Los acusados de amenazar, forzar a desnudarse y robar las cámaras de dos periodistas de Canal 7 en diciembre de 2011 en una finca de Guaymallén fueron condenados esta tarde con prisión condicional, es decir que no purgarán la pena en la cárcel. Horacio Isgró fue condenado a 3 años de prisión en suspenso y su hijo Antonio a un año.
Los miembros de la Tercera Cámara del Crimen resolvieron condenar a los productores de Los Corralitos. Así, Horacio Isgró recibió una pena de 3 años de cárcel en suspenso como corresponsable del delito de robo agravado con arma de fuego, cuya aptitud para el disparo no pudo ser comprobada.
Es que el arma con la que el productor agrícola amenazó a Julián Chabert y al camarógrafo Raúl "Rulo" Salazar nunca fue encontrada. Sin embargo, en el debate un vecino de los acusados declaró haber visto al joven Isgró cuando se llevaba hacia los olivares de los imputados la cámara, una barreta de hierro y una pistola 9 milímetros.
Otro delito por el que fue condenado el mayor de los Isgró es el de privación ilegítima de la libertad, agravada por el uso de arma de fuego, ya que se comprobó que mantuvo cautivos y obligó a desnudarse al equipo periodístico de la emisora de televisión local.
En tanto, Antonio Isgró fue condenado a un año de prisión condicional como autor responsable del delito de robo. El tribunal entendió que fue él quien les quitó los teléfonos celulares y la cámara a Chabert y a Salazar.
Tras escuchar el fallo en su contra, los Isgró se retiraron de la sala de debates sin hacer ningún tipo de manifestación ni declaraciones a la prensa. Por la pena impuesta, los imputados no irán a prisión.
El caso
El 29 de diciembre de 2011, Chabert y Zalazar fueron a la finca de los Isgró, ubicada en callejón Carrasco y Ruta 20 de Los Corralitos, buscando a unos inspectores de la Subsecretaría de Trabajo. Mientras entrevistaban a una mujer, llegó Isgró con un arma y luego habría amenazado e insultado a los trabajadores de prensa.
Chabert llamó al 911 y entonces Isgró le habría arrebatado el teléfono, aunque la llamada no se cortó por lo que los policías escucharon y grabaron la conversación.
Según la investigación posterior, el dueño de la finca y su hijo, que apareció en ese momento, llevaron a los periodistas a una vivienda donde vivían los trabajadores y allí los encerraron junto a Reina Isabel y los habrían obligado a que se desnudaran, los habrían golpeado y les quitaron la cámara y los celulares.
Los periodistas se salvaron de vivir una situación más grave porque llegó la Policía y los socorrió.