Con la finalización del asfalto en el paso El Pehuenche se abre una nueva posibilidad en la conexión entre la Argentina y Chile. Una obra esperada durante más de medio siglo que permitirá paralelamente aliviar en parte el paso del Cristo Redentor, ya que podrá concentrar a los viajeros que quieran visitar Chile desde el sur de nuestro país. A este aspecto debe agregarse que San Juan ha insistido en las tareas de mantenimiento del paso Aguas Negras que une a la vecina provincia con la Cuarta Región de Chile.
Para poder medir la importancia de la finalización de los trabajos en El Pehuenche es necesario realizar una breve recopilación histórica de lo que sucedía no hace mucho tiempo atrás. Existía en la práctica un solo paso con el vecino país, el del Cristo Redentor, utilizado esencialmente por mendocinos y turistas. Sin embargo, la apertura de los mercados del Pacífico multiplicó geométricamente la circulación de camiones a un millar por día. Y como frutilla del postre, la cantidad de argentinos que cruzan a Chile a efectuar compras para aprovechar la diferencia de precios.
Aguas Negras es muy poco utilizado por los inconvenientes que plantea -partiendo de su altura: 4.770 m, que provoca apunamiento tanto a personas como a vehículos- y la parte de tierra no se encuentra en buen estado. El llamado a licitación presidido por Macri días pasados, que permitirá el asfaltado completo del camino y la construcción de dos túneles, generará sin dudas una nueva alternativa cuando culminen las obras.
De allí entonces la importancia de El Pehuenche. Su altura máxima, de 2.553 m, es menor aún que la del Cristo Redentor y determina la alternativa ideal cuando se colapsa el paso principal. Debemos recordar también que hasta no hace mucho la alternativa más “accesible” era el paso Cardenal Samoré, en Bariloche, a más de 1.300 kilómetros de Mendoza. Terminar el asfaltado de los 312 kilómetros que unen a Malargüe con Talca, en Chile, demandó nada más y nada menos que 55 años, lapso en el cual se vivieron distintas circunstancias, inclusive políticas, como el conflicto por la soberanía sobre el Beagle, que no terminó en armas por la oportuna intervención del Vaticano.
Afortunadamente, la recuperación de la democracia en los dos países determinó que los gobiernos priorizaran la unidad y dejaran en el olvido las hipótesis de conflicto. Sin embargo, en el actual período democrático de los dos países las demoras respondieron a los distintos criterios: Chile estaba interesado en el paso porque la mayor cantidad de población se concentra en el sur de su país y por ello asfaltó su parte. Para la Argentina, la población en esa zona es muy escasa y las obras se derivaban hacia otros sitios. Hasta que se determinó la construcción total para descomprimir el paso por Cristo Redentor.
Con toda seguridad la utilización de El Pehuenche se va a acrecentar en los próximos meses. Mucha gente que quiere viajar al sur de Chile lo hará por allí y también porque los turistas podrán acceder a un nuevo lugar por conocer. Es por eso también que habrá que dotar al recorrido de la suficiente infraestructura para facilitar el tránsito y acelerar los controles aduaneros, ya que allí deben realizarse dos trámites, como antes ocurría en Los Horcones y Los Libertadores.