La herencia o agenda económica, financiera, cambiaria, fiscal y social del nuevo gobierno, es más que amplia.
Pero Mauricio Macri ya deberá lidiar con una inflación que no esperó al cambio de autoridades y a conocer el nuevo valor del dólar oficial para volver a pegar un salto.
En especial en uno de los rubros más sensibles y que más castiga a los asalariados, jubilados y sectores de menores recursos: los alimentos, como carne, pollos, aceites, pan, cereales, pastas, con aumentos que van del 5 al 25%. En tanto, Héctor Polino, de Consumidores Libres, informó que "los laboratorios medicinales aumentaron muchos medicamentos entre un 5 y un 20%."
Todos estos rubros tienen una fuerte incidencia sobre el valor de la canasta básica y en el cálculo del Índice de Precios, del orden del 40%.
Ya en noviembre, en promedio, los precios subieron casi el 3%. Diciembre se presenta todavía más arriba, no menos del 4% o más. En enero se suma el aumento de las tasas municipales, peajes y los reacomodamientos de precios del verano.
Un informe del JP Morgan pronostica que la suba del valor del dólar oficial, aun con una política monetaria restrictiva, llevaría la inflación interanual al 35% a comienzos de 2016 desde el 25% de 2015. Luego descendería gradualmente al 30% hacia finales de 2016.
Orlando Ferreres tiene cálculos parecidos ya que estima que cada 10 % de aumento del valor del dólar oficial incide en 3,5 puntos sobre los precios domésticos. Por eso no descarta que a comienzos de 2016 la inflación interanual ronde el 35%. Ferreres cree conveniente que se disponga, al margen de las paritarias, una compensación salarial, según cómo evolucionen los precios.
Aún así, el alcance de la inflación dependerá del nuevo valor del dólar, por su impacto en los costos de producción y por las expectativas que genera en toda la economía.
De todos modos, varios gremios tomaron nota de la mayor inflación y ya salieron a reclamar una suba salarial o plus de fin de año, previo al inicio de las paritarias, como en el caso de la Federación de aceiteros, camioneros, alimentación y metalúrgicos, entre otros. También el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, reclamó un aumento de emergencia de $ 4.000 para los jubilados.
También argumentan que si entre 300.000 y 400.000 empleados alcanzados por el impuesto a las ganancias, tendrán un leve alivio por excluir al medio aguinaldo del cálculo de ese impuesto, el resto de los asalariados que ganan mucho menos necesitan una compensación de igual o mayor magnitud.
En el nuevo Gobierno se inclinan por alcanzar rápidamente un acuerdo de precios y salarios.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca planteó que en las paritarias se negocien los salarios en base a la inflación futura que, pronosticó, debería ir en descenso por las medidas económicas que aplicará el Gobierno de Mauricio Macri.
Sin embargo, los pronósticos marcan que la inflación de 2016 sería superior a la del IPC Congreso de 2015, y que con niveles de pobreza tan altos, de al menos más del 25% de la población (más de 10 millones de pobres), los gremios, y el propio Gobierno, tendrán dificultades para negociar salarios 2016 a la baja con una inflación en alza.
El resto de la agenda laboral y social no es menos complicada porque hace ya varios años que el empleo en negro no baja del 33%, el desempleo entre los jóvenes es de dos dígitos (del 15%), con empleos precarios, y bajos salarios.
