Está a cinco de alcanzar esos famosos 50 puntos que aparecen como el objetivo puesto desde el inicio de la competencia, donde se arrancó pensando en ganar ‘el campeonato económico’. Y aún restan 21 por jugarse. Por eso que la ilusión de meterse en el Reducido que determinará el segundo ascenso a Primera División aún late en el Bautista Gargantini.
Esta tarde, a las 16, la Lepra recibe a Chacarita, que está pensando en otra tabla. El Funebrero se escapó de la zona roja aunque aún está lejos de asegurar su permanencia en la categoría, por lo que el punto no lo ve con malos ojos el visitante.
Pablo Quinteros determinó, en un principio, cuatro variantes con respecto al equipo que cayó en Tandil ante Santamarina. Una obligada: afuera se quedaría José Méndez por lesión (esperan por su evolución) y por él ingresaría Alexis Viscarra para que Cristian Podestá se adelante unos metros y pase a ser el volante por derecha.
Aunque la novedad más importante se dio debajo de los tres palos. El entrenador volverá a darle una oportunidad a Gaspar Servio, quien primero se quedó afuera del equipo por una sanción dirigencial y luego un acto indisciplinario le costó ser marginado por el cuerpo técnico. Lo cierto es que el ex Banfield volverá al once titular. Pero allí no se acaban las modificaciones: Javier Silva ingresará por Ariel Agüero y Germán Gordillo por Matías Villarreal. Cambios de apellidos y también táctico para recibir al equipo de Fernando Gamboa.
La Lepra está a siete puntos de ingresar al Reducido con 21 puntos por jugarse. Aparece como una misión poco probable pero no imposible. Desde el plantel se habla de llegar a los 50 puntos pero ilusionarse con el Reducido es casi inevitable. Las derrotas ante Instituto y Ferro en el Gargantini hicieron todo cuesta arriba. Y la última caída en Tandil parecería ser la última puñalada. Pero así, herido, busca seguir dando pelea.