No empañar la Fiesta de todos

Por lo que anticipan algunos dirigentes, existe la intención de algunas organizaciones de marchar durante los festejos vendimiales, actitud inaceptable porque la Fiesta es de todos los mendocinos y no de determinados grupos u organismos sectoriales o polí

No empañar la Fiesta de todos

Año tras año, a medida que se acerca la fecha de realización de la Fiesta Nacional de la Vendimia, aparecen sectores dispuestos a realizar movilizaciones, especialmente durante el Carrusel, a la espera de obtener una trascendencia nacional o provincial efímera, que no les aporta ningún tipo de rédito y que no le hace nada bien a la provincia y por ende a los mendocinos. Otro de los aspectos casi habituales, es la presencia de agrupaciones políticas frente al palco oficial, a los efectos de “captar” algunos segundos de cámaras televisivas, lo que tampoco hace bien a la imagen de Mendoza, porque la celebración es de todos, más allá de cualquier tipo de bandería partidaria. Este año se plantea la posibilidad de que ello se produzca en razón de que nos encontramos en un período electoral en el que los candidatos nacionales y provinciales, con toda seguridad, van a hacerse presentes para participar de los distintos actos.

En varias oportunidades y por el solo hecho de coincidir la máxima fiesta con el período de discusiones paritarias, el Carrusel fue utilizado por organizaciones sindicales para manifestar su reclamo. Los docentes, en numerosas oportunidades y más cercano en el tiempo los gremios más combativos de los trabajadores estatales, improvisaron marchas con el único objetivo de demorar el paso de los carros y, de esa manera, ganar algún tipo de espacio en los medios de comunicación.

Los ambientalistas también utilizaron al Carrusel para expresarse, en la casi totalidad de los casos, con las mismas personas que suelen concentrarse en el Kilómetro Cero o que asisten a las audiencias de discusiones tanto para hacer escuchar su voz como para no dejar hablar a quienes no coinciden con su planteo. Es más, en varias oportunidades quienes se oponen a la minería denostaron e insultaron al gobernador de San Juan, que es un asiduo asistente a la Fiesta, sin tener en cuenta que si hay alguien que debe discutir su política son los sanjuaninos y no los mendocinos. Es una actitud que no le hace nada bien a la provincia porque el mandatario visitante es uno de los principales invitados a los actos, con el agravante de que las culpas por esa actitud muy poco respetuosa no recaen sobre las decenas o centenares de manifestantes sino sobre los mendocinos en general.

Resta analizar el planteo que suelen realizar algunas organizaciones que nuclean a productores vitivinícolas en reclamo de un mayor precio, tanto para la uva como para el vino. Este hecho tiene su historia; quizá el más impactante fue el que realizaron en la década de los ’90 cuando un grupo de productores marchó desde la Zona Este portando un féretro lleno de uvas, que fue interceptado en el cruce de los accesos Este y Sur. En ese lugar y luego de unas negociaciones que consistieron en el otorgamiento de cientos de miles de dólares, mosto y vino, los productores desistieron del reclamo. Lo lamentable es que después los actos o las amenazas se reiteraron, a excepción de aquellos años en que, por una cuestión de mercado -como sucede cuando hay bajo precio- el vino y la uva tienen un valor suficientemente rentable para conveniencia de los actores de la industria. Este año se han vuelto a plantear amenazas, con el agravante de que quienes encabezan los reclamos son los mismos dirigentes que lideraban aquella marcha de los ’90, a pesar de que han transcurrido más de dos décadas.

Es de esperar que este año ese tipo de actitudes sea dejada de lado por parte de quienes tienen la responsabilidad de conducir los destinos de un gremio, de una agrupación política, de productores o de organismos que se autocalifican de defensores del medio ambiente. Pueden tener sus razones para reclamar, pero la Fiesta de la Vendimia no es el momento adecuado para manifestar disconformidades porque la Fiesta es de “todos” los mendocinos, más allá de banderías políticas o sectoriales; de gente que quiere participar de los actos en paz y tranquilidad; que se expresa con su aplauso a favor de la belleza que la representa y no acepta que determinados grupos o sectores empañen la celebración.

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