La sesión "preparatoria" de la Cámara de Diputados dejó de todo. Hubo festejos, sobre todo de los legisladores que juraban por primera vez.
También, y como se había anunciado, se vio al PJ dividido. Hasta se asistió a un fuerte desencuentro en las filas de Cambia Mendoza, entre el presidente de la Cámara, Néstor Parés, y uno de sus -por ahora- aliados, el demócrata Marcos Niven.
El también presidente del PD aparece cada vez más lejos del frente gobernante, más allá de que correligionarios suyos sigan en el Ejecutivo, y se comporta como un claro opositor.
Al momento de votar al nuevo titular de la Cámara, mientras la mayoría renovaba su apoyo a Parés, él votó por César Biffi. Previamente fundamentó con dureza su rechazo al ahora reelecto presidente. "No puedo votar a alguien que no me inspira confianza", dijo.
Entre sus argumentos, recordó que su negativa a la ampliación de la Suprema Corte, se tomó como un acto opositor al Gobierno y denunció que desde ese momento "comenzaron las presiones".
Además marcó que echaron a su equipo de trabajo. Responsabilizó a Parés de ello, calificando la actitud de "persecución". Y basándose en el artículo 96 de la Constitución -que dice que los legisladores "son inviolables por las opiniones que manifiesten"- trató de "ilegal e inconstitucional" al titular de la Cámara.
Parés no demoró su respuesta. Desde el estrado de presidente reelecto, le respondió sin nombrarlo. "De mí esperen siempre consensos políticos. Si hubiera buscado otro tipo de consensos hoy tendría un voto más", dijo.
Con eso arrojó un manto de sospecha sobre Niven, quien podría haber pedido algo a cambio de modificar su posición en torno a la Suprema Corte.
Ya lejos de la adrenalina de la sesión, Niven rechazó eso. "Nunca pediría algo a cambio de un voto. Es una cuestión de principios y convicción", señaló. "Sí le he reclamado, desde el 2 de enero, que me acepte tener algún empleado para funcionar como bloque", insistió.
La relación de Niven (y del ex presidente del PD, Carlos Balter) con todo el radicalismo es mala desde hace tiempo. Su postura respecto del proyecto oficialista de ampliar la Suprema Corte, altamente criticada por el propio gobernador, Alfredo Cornejo, fue sólo una más de varias posturas encontradas.
La posición de Niven sobre el ítem Aula (se abstuvo de votarla en 2016) puede ser un ejemplo. O el abierto rechazo a las propuestas de Gabriel Balsells Miró y Jimena Latorre a los organismos de control (oficina de Ética Pública y EPRE respectivamente) también (pidió que se votara un proyecto suyo de que los nominados pasen 4 años previos afuera de cualquier función pública).
A eso se suman las peleas internas del PD, que también le hicieron marcar diferencias con el Gobierno. Niven asumió la presidencia del partido sin que se concretara la elección, ya que la Junta Electoral dejó afuera a una parte del partido en la que militan funcionarios del Ejecutivo, como Josefina Canale (Instituto de Juegos y Casino), Oscar Sagás (subsecretario de Salud) o el recientemente incorporado Director de Ganadería, Ramiro Zaragoza.
Con este escenario, el legislador aparece como un opositor más. "Cambia Mendoza es una alianza electoral. En 2019 veremos si vamos juntos o no", ha dicho y repetido, en ese sentido.
Parés también lo ve así. “Yo creo que hoy está afuera de Cambia Mendoza. Sus declaraciones no son las de alguien que esté adentro”, concluyó el radical.