Nivelación educativa hacia abajo

Nivelación educativa hacia abajo

Con esta carta queremos destapar y denunciar un caso paradigmático de bullying institucional. Estamos sufriendo en la familia el resultado perverso de la nivelación para abajo de la inclusión educativa.

Mi pequeña hija con un promedio, de primero a sexto grado, alto, que la hizo primera escolta de la bandera nacional, en una escuela muy exigente, se quedó sin banco en los colegios de la Universidad Nacional de Cuyo porque, como me dice la directora de un importante colegio urbano marginal, la política ministerial es premiar con notas los rendimientos medianos, inclusive el presentismo.

Se dan así, casos de abanderados con 10 de promedio que tienen un nivel de saberes mediocre pero, en el contexto de su escuela son lo mejor. Así, un alumno de 7 de promedio en condiciones competitivas, se convierte en 10 por las necesidades del  colegio, su personal docente y la política ministerial de evitar la repetición y la rigurosidad en pro de la inclusión social.

En suma, se atiende la emergencia con valor estadístico y se castiga la excelencia. Como resultado, se envía el mensaje, políticamente correcto, de amparo a los más desprotegidos evitando aumentar la vulnerabilidad, pero se genera un daño colateral castigando la excelencia, lo cual resulta políticamente perverso.

No logro explicarle a mi hija de 12 años  que su capacidad y perseverancia no se valoran en el escenario actual. Y por supuesto que hago responsable a las autoridades educativas de esta situación, pues se debería, ante la demanda, rendir examen en los Colegios universitarios a partir de los promedios, digamos entre 9 y 10, porque como dije, hay alumnos de 10 que no saben nada, o saben muy poco, porque la institución que los educa, baja deliberadamente el nivel.

 Nos dicen algunos directivos, que tienen instrucción de evitar la repitencia, porque se leen mal los malos resultados.

Sin ánimo de polemizar, diré que estamos hoy sin asiento escolar para mi hija que es muy buena estudiante y entraron al CUC, por ejemplo, alumnos de nivel medio a medio bajo.
Adelanto que voy a buscar las estadísticas de estos colegios y verificar el origen de los colegios derivantes para medir el rendimiento real de promedios de 10 al ingreso, aunque me temo que los resultados serán decepcionantes, incluso medido en tasa de abandonos.

Pregunto si se reflexionó desde la Universidad sobre este método de selección viciado por el principio de masividad que nunca resulta de excelencia. Es de justicia brindar oportunidades para todos y tod@s, pero también para los que han hecho más esfuerzo y obtenido mejores resultados.

Finalmente diré que este no es un reclamo personal ni mezquino ya que han quedado miles de alumnos fuera, y como el caso nuestro que anotamos a nuestra hija en todos los colegios universitarios, hoy nos encontramos que al no calificar en el sistema automático, no tiene banco en ninguna parte.

¡Hoy es un día de duelo en nuestro hogar!

Roberto Amejeiras - DNI 6.907.268.

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