El frío del invierno y las precipitaciones de nieve amenazan la salud de los niños de los refugiados que huyen de los conflictos en Oriente Medio y cruzan por los Balcanes, con 31.000 llegadas registradas en las islas griegas desde el inicio del año.
La organización para la protección de los niños Save the children y la Unicef advirtieron el martes contra los riesgos de que el frío afecte a los niños.
"La situación es absolutamente desesperada", declaró Valentina Bollenback, portavoz de Save the children, vía telefónica, desde la frontera entre Serbia y Macedonia, región actualmente cubierta de nieve.
“Existe un riesgo creciente de hipotermia, neumonía y otras enfermedades”, advirtió, y contó que vio niños temblando de frío y con los labios amoratados.
Luego de llegar a la frontera con Serbia tras cruzar Macedonia, los refugiados, que huyen de los conflictos en Oriente Medio y tienen como objetivo llegar a Europa Occidental, son obligados a franquear a pie, sobre la nieve creciente en estos últimos días, los casi 2 kilómetros de distancia que hay hasta el primer punto de control serbio en Miratovac.
Bollenback precisó que las autoridades serbias “intensificaron” sus esfuerzos ante el frío, pero insistió en que se requiere responder al problema de manera “digna para el ser humano”.
La Unicef constató por su lado que los niños de refugiados llegaban “físicamente extenuados, aterrorizados y a veces con necesidad de asistencia médica”.
“Las temperaturas registradas recientemente por debajo de cero amenazan la salud de los niños que no disponen ni de ropa ni comida adecuada”, indicó la Unicef en un comunicado.
“La ausencia de calefacción en algunos centros de recepción y también en algunos medios de transporte agrava la situación”, añadió.
Los espacios de recepción, contenedores y carpas, son calentados, pero los refugiados padecen largas horas de espera en el exterior. Protegiendo como pueden a sus niños, a veces envueltos en cobijas y con temperaturas por debajo de cero, los refugiados esperan un medio de transporte, micro o tren, que les permita continuar su viaje hacia Croacia y, más allá, hacia Europa Occidental.
Sin alternativa
Más de un millón de migrantes y refugiados, de los cuales casi la mitad son sirios, llegaron a Europa en 2015, según cifras del Alto comisionado de la ONU para los refugiados (Acnur).
Según cálculos de la Organización internacional para las migraciones (OIM), 31.000 llegadas fueron registradas en las islas griegas desde el inicio del año, o sea 21 veces más que en enero de 2015. 77 personas murieron en esos cruces entre el 1 al 18 de enero.
En Grecia, los guardacostas fueron criticados por el ministro de Marina luego de que forzaran a un presunto traficante turco de personas a mirar los cuerpos de tres niños muertos cuando trataban de atravesar el mar Egeo, hasta que éste se puso a llorar.
Si las llegadas siguen a ese ritmo, podrían “superar ampliamente el récord de 853.650 personas alcanzado en 2015”, indicó la OIM.
El 90% de los migrantes pertenecen a los grupos autorizados por los países de los balcanes a continuar su ruta hacia Europa del norte, o sea sirios, iraquíes y afganos.
Austria planea ya no dejar entrar a su territorio a los que pretenden ir a los países escandinavos, como ya lo hace Alemania.
Esa medida puede provocar un embotellamiento en Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia, donde, por efecto dominó, las medidas se harán más duras en las fronteras.
Médicos sin fronteras (MSF) pidió que la UE cree “lugares de paso seguros” para los demandantes de asilo hacia Europa y denunció el “fracaso catastrófico” de la UE en la gestión de la crisis migratoria.
MSF critica la falta de “alternativa ofrecida a las mortíferas travesías marítimas” para quienes huyen de la guerra, así como la “evolución permanente” de los procedimientos administrativos de registro para quienes piden asilo al llegar a territorio europeo.