Según encuestas del Hospital de niños Mott y la Universidad de Michigan (EEUU), el 70 por ciento de los padres acuden a las redes para pedir ayuda a padres más experimentados sobre diversos asuntos y el 62 por ciento la hace para sentirse acompañados y compartir su orgullo.
Historias incómodas, datos que faciliten a un desconocido conocer el paradero de un hijo o, desde un lugar inocente, publicar fotos consideradas 'inapropiadas' pueden ser algunas de las consecuencias del 'sobre-compartir', otra es el 'secuestro digital' en el que una persona se 'apropia' digitalmente de hijos ajenos.
"Los padres son responsables por la privacidad de sus hijos y deben ser conscientes acerca de cuánto comparten en las redes sociales para poder disfrutar de los beneficios de la camaradería paterna pero también proteger la privacidad de su hijo, hoy y en el futuro" concluye Sarah Clark, directora asociada del estudio e investigadora de la universidad norteamericana.