Hay ciertas creencias en torno a los perros de raza grande y los niños; los gatos y la transmisión de enfermedades. Lo cierto es que cuando en un hogar se agranda la familia, o al contrario, los padres deciden regalar una mascota a los pequeños, se presentan una serie de problemas que pueden acabar con la paz cotidiana. Para que el perro tenga una convivencia sana con los seres humanos, se deben tomar algunas medidas preventivas.
"Lo primordial es que cuando llega un cachorro al hogar esté correctamente desparasitado y vacunado. En el caso de los parásitos son de fácil contagio, porque el animal se lame por lo general el ano. Si está enfermo, con el contacto se pueden transmitir parásitos dañinos para la salud humana. Otro parásito son las garrapatas, por su alto poder de trasmisión de hongos, bacterias y virus, y tienen agentes tóxicos que provocan enfermedades severas en el hombre", advierte la médica veterinaria Viviana Ortubia.
Es un mito popular creer que los gatos son grandes transmisores de virus. Concretamente enfermedades zoonóticas, que se dan de una especia a otra. Pero al mismo tiempo, es fundamental desparasitarlos y vacunarlos para evitar enfermedades como la toxoplasmosis.
"Hay que desmitificar el tabú de las embarazadas y los gatos. Es cierto que los felinos transmiten toxoplasmosis, y muchas veces el dueño, por recomendación del médico, se deshace de la mascota. Pero esto no es necesario si las condiciones de salubridad del animal están garantizadas. A su vez, hay que tener precaución con las pulgas de los gatos en el ambiente".
Los niños y los animales, ¿cuáles son los riesgos?
Cuando un perro o gato llega a una familia con pequeños se debe tomar en cuenta más de un riesgo latente. “Es una mascota, no un juguete”, advierten los especialistas.
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