A lo largo de su historia, la Fórmula 1 tuvo grandes estrellas que hicieron grande a la categoría. Una de ellas fue Niki Lauda. El austríaco se coronó tricampeón en 1975, 1977 y 1984 y además esquivó la muerte en un terrible accidente que tuvo en el Gran Premio de Alemania en 1976.
Lauda comenzó en el automovilismo en 1968 a los 19 años, un año después se subió a un Fórmula 3, luego a la Fórmula 2 para luego llegar a en la Máxima en 1971 e hizo su debut en el Gran Premio de Austria, como local, con un March, pero no pudo ver la bandera a cuadros por un despiste.
Su primera victoria fue en el Gran Premio de España de 1974, y la última en el Gran Premio de los Países Bajos de 1985. A lo largo de su carrera en la Máxima corrió para March, BRM, Ferrari, Brabham y McLaren, donde acumuló 25 victorias y 54 podios.
En 1976, Lauda fue protagonista de un terrible accidente en el Gran Premio de Alemania que le produjo graves quemaduras que le dejaron marcas de por vida.
Niki Lauda llegó a la décima cita del calendario en 1976 (GP de Alemania) y era el gran candidato al campeonato. Sus cinco triunfos demostraron que junto a su Ferrari 312T eran una pareja casi invencible. Pero cuando recién iban algunas vueltas, un elemento se rompió en el auto y se pegó contra el muro.
Su vehículo quedó convertido en una bola de fuego de la que fue rescatado por dos rivales que lo salvaron de la muerte. Su estado era grave, no tanto por las quemaduras sino por la cantidad de humo tóxico que había inalado "Tienen que prepararse para lo peor", le habían señalado los médicos a los familiares del austríaco. Por eso llegó un sacerdote para darle la extremaunción. "Escucharlo me dio más ganas de vivir" recordaría Lauda tiempo después, cuando también reconoció que hizo esfuerzos para no dormirse porque "pensaba que no me iba a despertar más...".
El estado de salud mejoró mientras él veía las competencias de Fórmula 1 en la televisión de su habitación. El jueves 4, con la cara toda vendada, Lauda recibió la visita de su esposa y su madre. A la semana y ya fuera de peligro, comenzó a imaginar su vuelta a las carreras... "Está loco" dijeron todos. Sin escuchar la opinión de su círculo íntimo, Niki siguió adelante y 37 días después del accidente, con las huellas de las quemaduras en su rostro, manejó la Ferrari en Monza. Cinco días más tarde corrió el Gran Premio de Italia.
Retirado temporalmente de las carreras, en 1978 abrió su propia compañía aérea, Lauda Air. Las deudas y una larga querella con la compañía Austrian Airlines no le quedó otro remedio a pegar la vuelta a la F1 en 1982.
Durante sus trece temporadas en la F1, Niki Lauda completó 171 Grandes Premios en los que sumó veinticinco victorias, cincuenta y cuatro podios, veinticuatro poles. Su estilo al volante, frío y calculador le hizo ganarse el apodo de La Computadora.
En agosto de 2018, Lauda fue recibido un trasplante de pulmón que lo dejó en un estado de salud delicado pero paulatinamente se fue recuperando hasta lograr el alta. El austríaco se perdió los últimos Grandes Premios del año, aunque los vio por televisión, y espera prontamente volver a los circuitos.
