Las cuentas públicas de la Provincia siempre son tema de discusión, más aún en un contexto de alta inflación y paritarias con "cláusula gatillo". Sin embargo, el ministro de Hacienda de Mendoza, Lisandro Nieri, indicó que el escenario actual está dentro de lo previsto y aseguró que el Gobierno no tendrá problemas para responder a todas sus erogaciones.
-En los primeros cuatro meses de 2018 cayó 4% la recaudación de Ingresos Brutos, ¿se debe a una baja de la actividad económica?
-Claramente se siente el impacto de la baja de impuestos. Se puede ver muy claro cuando uno compara los resultados de la recaudación de IVA, que es nacional, con Ingresos Brutos, que es provincial. Estamos sintiendo el impacto de la baja de alícuotas, no solo por el programa plurianual de la provincia, sino también por la ratificación del consenso fiscal. Mendoza fue una de las jurisdicciones que optó por bajar alícuotas en aquellos casos que estábamos por sobre la máxima y dejarlas inalteradas en las que estábamos por debajo del límite. Era de esperar que nuestros recursos crecieran a menor ritmo.
-¿Cómo cree que impactarán la devaluación y la suba de tasas en la economía provincial?
-La devaluación pega de forma muy dispar entre los distintos sectores. Se pueden ver algunos beneficiados, como el petróleo, que tiene un escenario favorable que nos permitirá tener un aumento de las regalías. Básicamente la producción de crudo está estable, pero el tipo de cambio ha mejorado para ese sector y el precio del crudo ha crecido, llegando hasta los U$S 72 en el WTI.
Claro que eso tiene su correlato con la suba de precios de los combustibles, pero los valores del barril generan que algunos pozos que estaban lentos empiecen a estar más activos y que se aceleren algunos procesos de inversión.
También se ven beneficiados los commodities y el sector exportador, que logra una ventaja competitiva producto de la suba del dólar. Mejora también el turismo receptivo y se cierra el grifo de los que salen, pero eso impacta más en las cuentas nacionales.
El sector comercio, en tanto, tiene la ventaja de que se corta el flujo a Chile y empieza a revertirse con la llegada de chilenos a la provincia.
Si se evalúa desde el punto de vista de los ingresos, la situación es diferente. La economía doméstica sufrió con la devaluación y la suba de tasas, porque los créditos se encarecieron y eso amenaza con retrotraer el consumo. Algunos negocios podrían verse más perjudicados que otros, dependiendo de la actividad.
-¿Cómo impactó la suba del dólar en las deudas de Mendoza?
-En diciembre del año pasado veíamos el dólar con algún atraso y por eso decidimos cancelar de forma adelantada el crédito de U$S 100 millones de Credit Suisse, pedido al final de la gestión de Celso Jaque. Si eso mismo lo hubiésemos cancelado este año, con el tipo de cambio de hoy, hubiéramos tenido que pagar $ 85 millones más.
También teníamos que pagar un servicio del bono Mendoza 2024 que vencía el viernes 18. Cuando vimos que había ruido con el tipo de cambio, anticipamos 20 días de pago y en vez de comprar dólares a $ 24,80, pudimos adquirirlo a $ 20,80 y le ahorramos $ 100 millones a la provincia.
Pensando en lo que viene hacia adelante, la devaluación hizo que el porcentaje de la deuda en dólares aumentara sin haber hecho ninguna operación nueva de endeudamiento, pero la situación no es preocupante.
Además, si bien es cierto que la devaluación endureció las deudas en dólares, al mismo tiempo se licuó la deuda en pesos y su pago representará mucho menos esfuerzo.
-¿Preocupa la disponibilidad de recursos para el pago de sueldos luego de que se disparen las cláusulas gatillo?
-Está claro que cuanta más alta sea la inflación, mayor será el costo, pero también es cierto que hay un comportamiento de la recaudación en igual sentido. Sabíamos que la recaudación provincial no iba a crecer demasiado por la baja de impuestos locales, pero la coparticipación seguramente sí será un poco más fuerte y eso nos permitirá afrontar la situación sin ningún problema.
-Este año se espera un déficit presupuestario mayor al del año pasado..
-Si pensamos en el plan de cuatro años, nuestro primer objetivo era corregir el déficit corriente que teníamos, pero garantizando una prestación de servicios de calidad acorde. Creo que está a la vista que estamos ofreciendo más y mejores servicios en relación a lo que había cuando asumimos.
También queríamos hacerlo con baja de impuestos, en la medida que se puede y empezando con 107 de las más de 700 actividades que hay en la provincia. Si hubiéramos dejado quietos los impuestos hoy podríamos mostrar mejores resultados, pero ese no es el objetivo. El objetivo principal es el crecimiento, la actividad y el desarrollo.
En ese contexto, seguimos apostando a la baja del déficit. A modo de ejemplo podemos decir que por cada $ 100 que tenía la Provincia, en 2015 gastaba $ 106,9, eso en la parte corriente y teniendo en cuenta intereses. En 2016, por cada $ 100 de ingresos se gastaron $ 102,2 y en 2017 por cada $ 100, se gastaron unos $100, incluyendo el pago de la 9.012 y la 9.031. En 2018 seguimos mejorando y por cada $ 100 estamos planteando gastar $ 98,7, siempre hablando de gastos corrientes.
Con ese saldo de $ 1,30 por cada $ 100 de gasto, más ingresos de capital, que son muy pocos, más remanentes de ejercicios anteriores, podemos permitirnos hacer un plan de obra pública de $ 8.200 millones. Teniendo en cuenta la totalidad de nuestros recursos, de los $ 8.200 millones de inversión sólo el 23% deberá financiarse.
El balance total de la Provincia muestra a un déficit de cerca de $ 5.000 millones este año, pero casi sin necesidad de financiamiento. Es cierto que el déficit total aumentó en 2018, pero no es comparable tener hoy un saldo negativo de $ 5.000 millones que haber tenido uno de $ 4.000 millones en 2015. Teniendo en cuenta la inflación, se deduce que el déficit en realidad no está creciendo, sino que se reduce.
-Ha mencionado que Mendoza se ve perjudicada en el actual sistema de coparticipación, ¿qué cambios se necesitarían para revertir esta situación?
Hay propuestas bastante interesantes de cómo crear un nuevo sistema. Una tiene que ver las transferencias ecualizadoras, que consisten en analizar la capacidad contributiva de cada provincia, ver cuáles son los niveles de gasto que tiene cada una y analizar el gasto en función de un servicio homogéneo. Eso permitiría tener un sistema más dinámico de transferencias para dar las compensaciones.
En resumen, sería analizar qué costo tiene cada jurisdicción para prestar la misma calidad de servicio y luego, en función de la economía de cada jurisdicción, cuál es la capacidad de recaudación.
-¿Habrá cambios en la segunda etapa del Bono Fiscal?
-En la segunda etapa, que está en la Legislatura, se plantean algunos cambios. Uno de ellos es que en la primera parte se entregó $ 1 por cada $ 1 invertido, aunque prorrateado según la cantidad de proyectos, y en esta segunda etapa se plantea dar $0,50 por cada $ 1 invertido. Así, por el mismo costo fiscal podemos acceder a más inversiones.