Nicolino Locche: un ídolo “Intocable”

Nicolino, la máxima figura local, hubiese cumplido 80 años. Casares ofreció una cena para celebrarlo.

Nicolino Locche: un ídolo “Intocable”
Nicolino Locche: un ídolo “Intocable”

Está intacto en la memoria de quienes lo admiran, lo admiraron y aman la magistral obra deportiva del Gran Nicolino Locche.

El Intocable, el Mago, el Chaplín y tantas otras maneras que  el mundo periodístico de la década del '60 y '70 buscó para describir la figura de Nicolino; el máximo ídolo del deporte de Mendoza.

Nació un 2 de setiembre de 1939 y se fue un 7 de setiembre de 2005. Ayer, se cumplieron 14 años de su fallecimiento y hace algunos días, 80 de su natalicio.

La pasión y el amor por Nicolino, para quienes lo conocieron o tuvieron la fortuna de verlo deslizarse elegantemente sobre el tapiz de un ring,  la llevan como bandera.

Uno de ellos es el abogado Oscar Casares, amante de la obra de Nicolino.

Casares celebró las ocho décadas del natalicio del Intocable, con un agasajo y homenaje en el que estuvieron invitados los hijos del ex campeón mundial; Ana María, Lolo y Nancy. Además de distintos personajes del boxeo y el periodismo que vieron al gran Locche.


Descendencia. Los hijos de Nicolino, Lolo, Ana María y Nancy, junto al organizador del homenaje al “Intocable”. | Gentileza
Descendencia. Los hijos de Nicolino, Lolo, Ana María y Nancy, junto al organizador del homenaje al “Intocable”. | Gentileza

Anécdotas, diversas historias, imágenes y videos de distintos momentos de Locche, se pudieron disfrutar en la reunión organizada por Casares.

Sus visteos, fintas, sus amagues, sus charlas o alguna “guiñada” al público del ring side, mientras peleaba, despertaron sonrisas y emociones durante la cena.

Es el máximo ídolo del deporte mendocino de todos los tiempos y para algunos una de las mayores del boxeo argentino.

Nació en Tunuyán y desde muy pequeño se inclinó por el boxeo o mejor dicho, su mamá Nicolina le puso un freno a sus historias de trompadas a la salida de la escuela. Así llegó hasta el gimnasio de Don Paco Bermúdez (Mocoroa Boxing Club), quien pulió su gran obra sobre el ring. Sólo tenía 7 años.

Era un artista que paseaba su humor sobre el ring. Como dice Drexler, "Una broma de Dios, un capricho del sol" en un escenario donde reina la furia.

Puso el Luna Park a sus pies y lo colmó siempre.

El 12 de diciembre de 1968 le ganó a Paul Fuji por abandono. Lo frustró y se consagró campeón mundial superligero en Tokio, Japón. Una pelea que es una obra de arte de la defensa, la técnica y el estilo.

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