Lo único que recuerda que quería ser desde chico era actuar. Según Nico Vázquez, a los 5 años le decía a la madre que quería hacer lo mismo que los personajes que veía en la televisión o en las películas.
En esa época no había talleres de teatro para chicos y recién se comenzaba a estudiar siendo adolescente. De hecho, estaba tan decidido a perseguir su sueño que se presentó en la Casa de la Cultura de Olivos mintiendo la edad (había una mínima de 16) para poder estudiar.
La mentira duró hasta que llevó el documento, pero su desfachatez y empeño fueron suficientes para que lo dejaran empezar.
Nunca abordó esta profesión para ser famoso y su única pretensión era poder actuar, pero justo coincidió con una época dorada de la televisión argentina.
Antes de hacer su primer papel en la caja chica hizo miles de publicidades, y después comenzó su carrera con R.R.D.T., al que le siguieron programas como “Verano del 98”, “Son amores”, “¿Quién es el jefe?”, “Alma pirata”, “Casi ángeles”, “Los Únicos”, “Mis Amigos de Siempre” y hasta probó la conducción con “Cómo Anillo al Dedo”.
Al cine no se dedicó tanto, aunque en los últimos años sí le puso un poco más de atención y participó de “Kryptonita” (2015) y “La Última Fiesta” (2016).
Con el teatro siempre tuvo una relación distinta. Lo primero que hizo fue teatro a la gorra -ya había aparecido en televisión y hacía todo al mismo tiempo- en el restaurante El Gran Lebowsky, que tenían Diego Díaz, Martín Karpan, Florencia Peña y Gastón Pauls. Después pasó por The Cavern en el Paseo La Plaza, en uno de los primeros espectáculos no musicales que se hicieron ahí.
Compartía el lugar junto con Campi y Tangalanga. Hacía el unipersonal “Mutando”, con el que años más tarde se volvió a presentar en Mar del Plata y ganó el premio al Mejor Unipersonal.
“Del Otro Lado de la Cama” es la síntesis de lo que buscó toda la vida, ya que no sólo estuvo detrás del proyecto para realizarlo, sino que después también se puso el overol de productor para seguir con la obra adelante. Nico es la personificación de los deseos por hacer algo y la voluntad de lograrlo.
- ¿Qué tal fue la experiencia de volver a hacer doblaje? No es algo tan común en nuestro país.
- Es un privilegio porque, en este caso, es una película que a medida que la fui haciendo comencé a ser más consciente de lo importante que era para todo un público que siguió a la primera y que tiene muchas ganas de ver esta segunda parte.
Muchos amigos que tienen hijos no podían creer que estuviera haciendo esto. Me contaban que eran fanáticos de la primera y me mandaron muchos mensajes cuando vieron que había grabado. Para mí es una experiencia espectacular y siempre que me toca hacer algún proyecto que tiene que ver con los jóvenes o con los niños siento que es el público más fiel. Son muy puros y no van con vueltas, y eso es un privilegio. Además, Paddington tiene la misma pureza que tiene un chico.
- La primera fue un éxito tremendo. Incluso los realizadores no sé si esperaban tanto que lo fuera…
- Sí, es cierto. A mí me da la sensación por lo que vengo escuchando, porque está el dicho de que las segundas partes no son buenas, y por lo que me dice la gente que vio la primera y ésta, la secuela es mejor que su predecesora.
Tal vez tenga que ver con que trabaja Hugh Grant o con que la animación es tremenda y por momentos te olvidás de que es un oso, o tal vez por el sentimentalismo que tiene. Eso me gustó muchísimo. Tanto el film como el personaje son muy dulces, y creo que eso va a hacer que la gente se acerque al cine para ver una película en familia, pasarla bien, y que te deje un buen mensaje. Te deja algo muy lindo.
- UNICEF respaldó a "Paddington", al personaje, como un promotor de los derechos de los niños. Eso no es poca cosa...
- Es verdad. Es un oso que ha sido recibido por grandes celebridades y, si no me equivoco, lo recibió la realeza de Inglaterra. Es increíble a lo que ha llegado este personaje.
- ¿El doblaje que hacés sólo es para nuestro país?
- Sí, no es para América Latina, sólo para Argentina. Tengo entendido que se hizo uno para Brasil y en México para el resto de los países de habla hispana. Para acá y para Brasil se escogieron actores (NdR: en Brasil el doblaje lo hizo Bruno Gagliasso, reconocido por sus protagónicos en telenovelas como “Preciosa Perla” y “Ojos sin Culpa”).
- Tal vez estén batiendo un récord. No sé cuántos actores argentinos han hecho más de un doblaje.
- Por ese dije antes que para mí era un privilegio. Haber hecho “Cars” (2006) fue algo incomparable. Hasta el día de hoy hay padres que me mandan mensajes pidiéndome que haga la voz de Rayo McQueen. Toman la imagen y me piden que salude a sus hijos con la voz del personaje para sus cumpleaños. O me pasa todavía que voy por la calle y me cruzo con los papás que les dicen a sus hijos: “Él es el que le puso la voz a Rayo McQueen”.
Cuando recibí la propuesta, sabía exactamente que no iba a existir un “no” por respuesta. Lo mismo pasó con Axel, el cantante, cuando hicimos el videoclip del tema “Afinidad”. Le anticipé que se iba a cerrar sí o sí porque tenía muchas ganas de hacerlo.
- ¿Cómo es el proceso que utilizás para trabajar en el doblaje?
- La verdad es que fueron muy relajados conmigo para trabajar. Sabían que tenía algo de experiencia, confiaban en mí, pero yo soy bastante obsesivo con el laburo que hago. Pedí que me mandaran la versión original, porque quería escuchar lo que habían hecho, y después me mandaron la neutra, la que hicieron en México, para que pudiera entender más fácil todo.
Después simplemente fue encontrarnos en el estudio, trabajar con el director Tian Brass, que fue alucinante. El tipo ha trabajado con todas las grandes estrellas, les ha puesto su voz a muchísimas cosas y realizó gran parte de los proyectos de Disney que se doblaron en Argentina. Lo único que hacés es dejarte dirigir por esta gente, que son unos fenómenos y son los que saben de esto. Y confiar en ir encontrándole cosas al personaje, aunque viene tan bien armado que simplemente es concentrarte y grabar, grabar y grabar.
- ¿Te hacen algún pedido en especial durante el doblaje?
- No, la verdad que no. Hay un personaje principal que tenemos que respetar, que es el de “Paddington”. Escuchaba la grabación que me mandaron de mi voz mezclada con la de los otros actores, porque todavía no tuve la oportunidad de verla, y es muy dulce.
Hay que respetar esa cosa dulzona que tiene, que, si bien es mi voz, la vas a notar un poquito más suave, más baja por momentos. Fueron 5 o 10 minutos en que llegamos con el director a lo que queríamos hacer y seguimos por ahí.
- Hay muchas chances de que haya una tercera parte. ¿Te sumarías para otro eventual doblaje?
- Espero que haya otra película más. Si me preguntaras si me gusta hacer esto, te contestaría que me vuelve loco hacerlo. Me encantó. Les contaba a algunos colaboradores que ojalá se puedan hacer películas animadas desde Argentina, ésas en donde toman los rasgos de tu cara y después te convierten en un personaje animado. Ése es el sueño más grande que tengo. Que puedan crear de cero un personaje a partir de lo que es uno. Eso debe ser maravilloso.
- Hablemos del éxito de "Del Otro Lado de la Cama". ¿Creés que se va a convertir en una de esas obras que trascienden en el tiempo?
- Sí, te lo digo de una. Es una obra que puede seguir muchos años más. Va a terminar porque es una decisión prácticamente mía porque tengo otras cosas para hacer. Y no quiero quedarme en la fácil, quiero decir que cuando algo funciona tan bien como esto, te das cuenta de que es un número puesto y podés trabajar en eso durante muchos años.
Me cuesta mucho bajarme del escenario y dejar de hacerla porque es lo mejor que me pasó arriba de las tablas. Además de todo lo que significa, por todo lo que la perseguí, lo que le puse: hice la adaptación, terminé dirigiéndola, fue como muy fuerte y un crecimiento muy grande para mi carrera. Pero hay otras cosas que andan dando vueltas que también me seducen.
- ¿Podés hablar de ellas?
- Está el proyecto con Fox que empezamos a grabar en julio y que se va a emitir en América Latina y otros países del mundo. Es una “ficción show” en donde Adrián Suar va a personificar al dueño de un hotel, yo voy a hacer de su relacionista público y amigo y Martín Bossi es el encargado de todos los espectáculos y el que trae las estrellas. Bossi además va a hacer imitaciones e interactuar con las personalidades invitadas.
También me asocié con Adrián para hacer una obra de teatro en 2019, como productores y protagonistas arriba del escenario. Es una comedia, no tan show como “El Otro Lado de la Cama”, pero me parece que mucho más graciosa. También es un libro que encontré y fui en busca de él.
- Lentamente, te vas perfilando para el rol de productor también. Lo hacés cada vez más seguido.
- Me gusta mucho el teatro, siempre fue lo que más me gustó. Hoy le estoy dando un poco más de tiempo, quizás dejando de lado un poco mi trabajo en la televisión. Poder producir es genial, y creo que también me va a hacer crecer mucho. Trabajar al lado de un referente como Suar me parece que va a ser algo muy interesante.
- Hace algunos meses estuviste de gira con la obra por Mendoza. ¿Cómo fue la experiencia?
- La pasé increíble. Hice siete funciones maravillosas. Nos conocimos con Alejandro Vigil y fui a la famosa bodega El Enemigo. Nos llevamos los mejores vinos, aunque hay que bajar un poco los precios, Vigil (risas). La pasamos increíble, comimos de primera, y los mendocinos me parecieron las personas más espectaculares. Voy a decir algo que es real y no de falluto: en el interior de Argentina lo único que recibís es agradecimiento y amor.
En Mendoza nos pasó lo mismo. Llegamos y eran todas invitaciones a comer, visitar bodegas, nos dejaban regalos en el hotel. Las funciones estuvieron agotadas, en una sala de más de 1.200 personas. Si bien la obra termina acá en Buenos Aires y se habla de que podríamos llegar a volver, puse a Mendoza primera en la lista de los lugares a los que tenemos que regresar.
