Nicolás Silvestre: barrio en el corazón de Algarrobo Grande

Se levanta en una zona rural de Junín, rodeado de fincas y viñedos. Las casas cuentan con amplios terrenos, que se marcaron así con la idea de que cada uno tuviese su propia huerta.

Nicolás Silvestre: barrio en el corazón de Algarrobo Grande

Aunque el barrio Nicolás Silvestre tiene apenas 28 viviendas, ese pequeño grupo de casas alcanza para formar el casco urbano de toda la zona rural de Algarrobo Grande, en Junín. El barrio fue inaugurado en mayo del 93 y se levanta en medio de un distrito ganado por las fincas y los viñedos.

"Acá todo lo que tenemos lo hemos conseguido a pulmón", resume la gente del lugar y señala que la buena vecindad es lo mejor que tiene el Nicolás Silvestre.

Lo primero que llama la atención al recorrer el barrio Nicolás Silvestre es lo ancho que resultan los terrenos de cada una de las viviendas y que en la mayoría de los casos superan los 16 metros.
 
"Se marcaron así, con la idea de que cada casa tuviese su propia huerta", cuentan los vecinos y agregan: "En medio de una zona rural como esta, la gente está acostumbrada a tener sus verduras y también sus gallinas y sus conejos".

El barrio fue inaugurado en 1993, luego de que los propios adjudicatarios de las viviendas trabajaran durante meses en la limpieza del terreno. "Calculo que unos dos años antes de tener las casas, los maridos venían los fines de semana a limpiar, a emparejar y a rellenar el terreno, con la idea de dejarlo listo para hacer las casas", recuerda Mirta Heredia, mientras hornea unas empanadas para el almuerzo.

El terreno en donde se levanta el barrio está entre las calles Estrella y Coria y el lugar, fue originalmente propiedad de don Nicolás Silvestre. "Estas fueron tierras de mi abuelo y el barrio lleva su nombre como homenaje", cuenta Silvia Sánchez.

La historia cuenta que primero se edificaron 16 viviendas y que luego, en una segunda etapa se completaron las 28 casas. "Lo que pasó es que se agregaron vecinos de la zona de Alto Verde, a los que le habían prometido un barrio que nunca se hizo porque había problemas para cruzar el agua potable por las vías del ferrocarril", explican los vecinos.

Las casas del barrio Nicolás Silvestre son preensambladas y es por eso que el barrio se levantó rápidamente y en muy pocos meses, la gente ya estaba ocupando sus viviendas. "Eran épocas del intendente Dante Pellegrini, que un día llegó al distrito diciendo que había que conseguir un terreno para un barrio que andaba dando vueltas y que se podía hacer en Junín. Así es como nació el Nicolás Silvestre, aunque acá a nadie le regalaron nada, cada vecino pagó su lote y también su casa", explica doña Mirta.

Poco a poco el lugar fue mejorando sus servicios y a las luminarias de la calle, luego se le sumaron los trabajos de cuneta, cordón y banquina; más adelante la ampliación de la red de agua potable y en estos momentos, está en plena ejecución la obra  de gas domiciliario, todo un acontecimiento para el barrio, que lo viene pidiendo desde hace años.

En los alrededores del barrio y rodeado por fincas, se concentra parte de la vida diaria que hace la gente del lugar: y por allí entonces está la sala de primeros auxilios; la escuela Pedro Serpes; el club social Estrella y también la gruta de la Virgen Nuestra Señora del Rosario, que todos los 25 de setiembre reune a miles de personas, en el festejo más importante que tiene el distrito.

"Ese día se hace una procesión muy importante que recorre las calles del distrito y que termina en la gruta, frente al barrio", cuenta Valeria Rivera y completa: "Ese día hay espectáculos artísticos, puestos de artesanos y viene mucha gente que no es de acá, pero que llega para agradecerle a la Virgen".

Entre los pedidos del barrio se destacan dos: la necesidad de contar en la zona con un destacamento policial y también el asfalto, básicamente en las calles que recorre el colectivo y que pasan frente al barrio. "El proyecto de asfalto está presentado desde hace años en Vialidad, pero hasta acá no hay plata para hacerlo", resume la gente.

Entre las cosas buenas que tiene el barrio Nicolás Silvestre, algunos destacan la vecindad que existe entre la gente y que los hace sentirse casi, como miembros de una gran familia; otros, subrayan la tranquilidad de vivir en un entorno rural, colmado de viñedos. En cualquier caso, ambos son buenos motivos para celebrar.

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