En la calidez de su flamante oficina del Predio de Coquimbito, la conversación con el ídolo y flamante coordinador de la inferiores de Godoy Cruz surge natural y espontánea.
-Nico, te retiraste en abril y ya sos coordinador de inferiores. ¿Cómo surgió la posibilidad de seguir ligado al fútbol?
-Cuando volví a Mendoza el año pasado tras jugar en Gimnasia de Jujuy mi idea era quedarme acá porque estaba un poco cansado del movimiento de la familia. Se dio la posibilidad de seguir un año más en Maipú y no llegué a cumplir el año. El retiro era algo que venía procesando porque ya no disfrutaba del fútbol como antes. Era algo que no pasaba por lo físico sino por lo mental y decidí retirarme. Por suerte el club siempre me abrió las puertas. Esto se iba a dar el año pasado, pero yo decidí jugar un poco más.
-¿Quién te llamó?
-Con el Gato (Oldrá) siempre hablamos, pero desde el momento en que volví a Mendoza, le comuniqué mi intención a Mansur porque siempre me dijeron que estaba la posibilidad. De hecho, cuando me retiré me dieron un tiempo para que yo cambiara un poco el chip y acomodara un par de cosas. Cuando me sentí decidido, volví a hablar con José (Mansur) y el Gato y se dio la posibilidad de comenzar a trabajar automáticamente.
-¿Cuándo un futbolista se da cuenta que llegó la hora del retiro?
-No es fácil, es un cambio muy grande. Era algo que siempre había escuchado durante mi carrera y ahora me doy cuenta de que es real. Siempre viví el fútbol con mucha pasión, pero siempre dándole lugar a mi vida y sabiendo que era un trabajo que en algún momento se iba a terminar. Me di cuenta que en los últimos tiempos no disfrutaba al cien por ciento y que era momento de replantearme la situación. En definitiva, no se me hizo tan fuerte el cambio y seguir ligado al fútbol de esta manera hace que sea mucho menos aún. Por más que veo entrenar a los chicos, no es algo que me desvela.
Me siento muy tranquilo con lo que hice como jugador y ahora le estoy metiendo a pleno a esto de la coordinación.
-¿En qué consiste tu tarea de coordinador de inferiores?
-Estoy básicamente en todo lo que es el turno tarde, que son las tres divisiones más pequeñas (Séptima, Octava y Novena) de AFA y de Liga, que son las categorías que practican por la tarde. El club tiene una forma de trabajo, una bajada de línea y yo simplemente acompaño a los técnicos, ellos me dan mi lugar para cuando necesitan alguna corrección de la experiencia futbolística que ha tenido uno y acompañando a los chicos, formándolos no sólo como jugadores, sino también tratando de enseñarles cosas de la vida misma, no sólo deportiva.
-Te fuiste de Godoy Cruz al Barcelona de Ecuador en 2012 y en cada temporada se decía 'vuelve Olmedo'. No pudiste concretar el sueño de volver como jugador. ¿Fue una cuenta pendiente en tu carrera?
-Sí, si bien era algo que no dependía de mí, en su momento yo lo sentía como una cuenta pendiente. Desde el corazón siempre estaban las ganas de volver y usar la camiseta del club aunque sea un minuto en el último partido. Pero, pensando en el club que me dio tanto, creo que era lo correcto porque había un cuerpo técnico con un plantel profesional armado y uno no se podía poner en necio ni enojarse. Si no se dio fue por algo. Hoy me encuentro de este lado y la verdad que estoy muy feliz y agradecido.
-Contra Huracán se vio un Godoy Cruz muy genuino, que no superaba los 22 años de promedio. El club fue y sigue siendo una cantera inagotable de valores. ¿Creés que Godoy Cruz todavía no tiene techo en cuanto al proyecto de inferiores?
-Sí, me ilusiona mucho y más aún siendo parte de esto. Sin duda que no tiene techo porque es un club que permanentemente está creciendo. También se cometen errores de los cuales tenemos que aprender y corregir porque el ir creciendo día a día y tener una gran cantidad de chicos que deciden llegar a Primera, es una responsabilidad muy grande. Es hermoso ver una gran cantidad de chicos jugando y a uno eso lo enorgullece.
Y si bien recién estoy comenzando, creo que hay mucho por mejorar para que los chicos sigan creciendo y para que estén preparados para cuando suban a Primera.
-¿A qué errores te referís?
-En un montón de situaciones, no sólo en lo deportivo. Siempre hay que corregir pequeños errores sobre la marcha. No es lo mismo manejar diez personas que tener que hacerlo con cincuenta.
-No tiene nada que ver este club con el que empezaste…
-No, nada que ver. Yo empecé cuanto tenía siete años. Hacen 29 años. Entrenábamos en la Cantera, a los 16 años me subieron a Primera y a los 18 me hizo debutar Alberto Garro. En esa época entrenábamos en el Gambarte y hacíamos la pretemporada en Tupungato. El club ha cambiado muchísimo en todo aspecto y para mejor. Ahora la idea es acompañar a los chicos a que valoren ese cambio y que le saquen el jugo.
-¿Es un sueño y una cuenta por saldar que Godoy Cruz vuelva al Gambarte?
-Sí, sin dudas que para todos nosotros, los hinchas, el Gambarte es algo muy importante. Sería muy lindo volver a jugar ahí por todo lo que uno vivió de chiquito en el barrio.
-¿Y por qué creés que no se concreta?
-No sé cuál es la realidad. Pero sí es un deseo muy lindo. Me tocó jugar ahí con las inferiores contra Unión y volver a entrar a los vestuarios y recordar cosas que vivimos fue grandioso. Ojalá que algún día se pueda volver a jugar en el Gambarte, que es el deseo de todos.
-¿Cuál fue el momento más sublime de tu carrera?
-Hubo un montón de momentos lindos en mi carrera, que no sólo dependían de lo deportivo. Pero el mejor sin dudas fue cuando me tocó llegar a la Selección Argentina. Y eso fue por todo lo que venía haciendo en mi club, el que me formó. Es algo que me reconforta muchísimo.
-¿Cómo te enteraste que Maradona te convocaba para ese partido con Haití en Cutral Co?
-Estaba en mi casa y me lo comunicó Juan Suraci. Me llamó por teléfono y me sacaron al aire para darme la noticia. Me llamaban de todos lados y yo no entendía nada. Después se comunicaron conmigo los dirigentes de Godoy Cruz para decirme que la lista era real y que desde AFA habían mandado los pasajes para que viajara.
-¿Estuviste con Diego Pozo?
-Sí, en esa convocatoria compartimos plantel con Diego.
-Pozo habla maravillas de Maradona. ¿Vos también?
-Sí, la verdad que sí. Estuve solo ese partido y se notaba una persona bastante sencilla, con mil anécdotas. A Diego no lo conocía personalmente y me lo vine a cruzar nada menos que en un vestuario de la Selección. Me generó un asombro total.
-Lo del Gimnasia de Diego Pozo ante River marca que esa camada exitosa de jugadores de Godoy Cruz comienza a dar sus frutos en la dirección técnica. En esa camada también estás vos. ¿Te gustaría dirigir?
-Si bien dirigir no es lo que hoy me desvela, me estoy preparando para eso. De hecho, estoy haciendo el curso de entrenador. Me puso muy contento por Diego (Pozo) porque lo conozco desde chico y siempre quiero que le vaya bien. Ojalá venga esa nueva camada y se siga progresando.
-¿A quién del actual plantel ves parecido a vos?
-Nunca me comparé con nadie. Pero Juan Andrada es un jugador que me encanta, es muy completo. Utiliza bien los perfiles, hace bien los relevos, si se tiene que tira al piso lo hace, le pega a los tiros libres... Andy Henriquez tiene otras características, pero también es otro gran jugador.
-Godoy Cruz está a horas de uno de los partidos más importantes de su historia, contra Palmeiras por la Libertadores. Te tocó estar en ese lugar. ¿Cómo lo tomás ahora?
-Es un partido hermoso, para disfrutar con responsabilidad. Estar ahí es un momento lindo y a su vez no es fácil. Son rivales en etapas complicadas, pero ojalá a Godoy Cruz le vaya todo bien.
Ping pong
Un entrenador. "El Gato Oldrá, sin dudas. Fue quien me dio la cinta de capitán por primera vez y la confianza que todo jugador necesita".
Un amigo en el futbol. "El Cato Salomón es un gran amigo de toda la vida y estamos haciendo el curso de técnico. También el Loco Ibáñez, el Pipa Villar y Marquitos Barrera son grandes amigos. Buenos compañeros gracias a Dios tuve un monton".
Un clásico. A Independiente Rivadavia siempre quise enfrentarlos y ganarle. Tuve la suerte de jugar dos clásicos en la B Nacional y ganamos ambos. Y no por una cuestión de enemistad, sino deportiva. De chiquito sentís esa rivalidad".
Un rival. "Riquelme. No estoy descubriendo nada, pero era distinto. Me tocó varias veces intentar marcarlo y varias veces pasé vergüenza. En cancha de Boca me pegó dos o tres enganches en la misma jugada y me dejó la cintura quebrada".
Un club (sacando a Godoy Cruz)."Dos. San Martín de Tucumán y Gimnasia de Jujuy. El primero porque tuvimos un año hermoso y ascendimos al Argentino A. El segundo, porque fueron dos años y medio en los que viví cosas muy lindas y conocí mucha gente buena".
Un partido o un gol. "Los hinchas siempre me recuerdan el gol que le hice a River y apenas jugué tres minutos, entré para aguantar el resultado y no sé porqué aparecí ahí. Me tocó hacer ese gol, ganamos y fue un resultado que nos sirvió bastante". ¿
¿Quién te puso el apodo Cascarudo?. "El Loco Ibáñez porque había una serie que se llamaba Son Amores y Nicolás Cabré hacía un personaje en el que se disfrazaba de Cascarudo y era negro como yo, je. Walter Nelson me decía Rucucu por Alberto Olmedo, el humorista".
El momento más triste. "El descenso a la B Nacional se sufrió muchísimo porque era un grupo hermoso y chicos que no eran de la cantera del club lo padecieron de la misma manera y ese dolor fue enorme. Por suerte volvimos a ascender ese mismo año".
Perfil
Nicolás Andrés Olmedo nació en Godoy Cruz, el 10 de marzo de 1983 (36 años).
Trayectoria: Godoy Cruz (2001-04 y 200512); San Martín de Tucumán (2004-05); Barcelona de Ecuador (2013); Argentinos Juniors (2013-14); Crucero del Norte (2014-15); Gimnasia de Jujuy (2016-18) y Deportivo Maipú (2018-19).
Títulos: Primera B Nacional 2005 y 2014 (Godoy Cruz y Crucero del Norte).