Mafias incrustadas, comisión de delitos, pocos efectivos en las calles, bajos salarios: el presidente venezolano Nicolás Maduro anunció una “revolución policial” que incluye una reforma y depuración, tarea pendiente a pesar de numerosos planes de seguridad implementados por el chavismo.
En un discurso, Maduro prometió una “profunda depuración del sistema policial” de Venezuela, el segundo país más violento del mundo con una tasa de homicidios de 53 por cada 100.000 habitantes, según la ONU.
Este anuncio se produce a raíz de la conmoción desatada por el asesinato, a principios de octubre, del joven diputado chavista Robert Serra y de que se descubriera, según las investigaciones, que dos policías en actividad que se encargaban de su seguridad habrían participado en el crimen.
El problema de la inseguridad, junto con el deterioro de la economía, es el que más preocupa a los venezolanos y se ha agudizado en los últimos años, pese a los más de 20 programas que en la materia puso en marcha el chavismo, en el poder desde 1999 y al que opositores acusan de ser el principal responsable de este deterioro.
En el marco de una gran reforma en 2006, en Venezuela quedaron constituidos 85 cuerpos de seguridad, tres de ellos nacionales -policía nacional, científica y de inteligencia- y 82 estatales y municipales.
En Venezuela, el ciudadano de a pie teme al policía. Son numerosas las denuncias de uniformados que piden dinero por una simple infracción de tránsito. Incluso algunos policías han sido condenados por secuestro y hasta de asesinato, como ocurrió en 2006 con tres hermanos y su chofer y luego con un empresario ítalo-venezolano. Para Luis Gerardo Gabaldón, criminólogo y exmiembro de la comisión de reforma policial, el mayor problema es la falta de supervisión de las policías y prueba de ellos es que numerosos oficiales están involucrados en delitos y 90 han sido asesinados en lo que va de 2014 por presuntamente tener nexos con el crimen.
“En las policías hay un problema que tiene que ver con el desempeño e involucramiento de oficiales en delitos y se debe a la falta de supervisión desde la base”, aseguró Gabaldón.
Otra debilidad señalada por el experto, mal de muchas policías latinoamericanas, son los bajos salarios, ya que el miembro de menor rango gana mensualmente 933 dólares al cambio oficial (58 dólares al cambio paralelo especulativo, que marca numerosos productos y bienes). Un oficial de mayor jerarquía gana 1.634 dólares a tasa oficial y 103 en paralelo, según la tabla de salarios vigente.
El paso de siete ministros por la cartera de Justicia en los últimos 15 años tampoco contribuye a la “fluidez” de los cambios, añade Gabaldón.
El último cambio se registró la semana pasada luego de que Miguel Rodríguez Torres, designado en 2013, fue removido de su cargo junto con los principales jefes policiales.
Llegó barco con petróleo importado de Argelia
Caracasa. Con la llegada el sábado a un puerto al norte de Venezuela de un cargamento de crudo procedente de Argelia, el gigante petrolero sudamericano dejó inaugurada oficialmente la importación de su principal recurso natural: el petróleo.
La oposición no tardó en reaccionar, calificando la jornada como el "Día de la vergüenza", según palabras de un columnista antichavista.
Desde los años 90 que Venezuela -que ya cumple un siglo de actividad petrolera- no importaba crudo. En aquellos años le compraba a Nigeria.
El primer cargamento consta de dos millones de toneladas de crudo importado de Argelia. En noviembre, el petróleo llegará de Rusia.
Lo confirmó la misma empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), al justificar que "la importación de crudo liviano de Argelia es para diluir el petróleo extra pesado de su Faja Petrolífera Hugo Chávez (antes Faja del Orinoco)", la mayor reserva del mundo con más de 270.000 millones de barriles de crudo, con capacidad para unos 200 años.
Según la empresa, la “adquisición puntual” de crudo liviano en el exterior fue una decisión adoptada en conjunto con las firma francesa Total y noruega Statoil, asociadas a Petróleos de Venezuela en Petrocedeño, una firma mixta para la producción y mejoramiento de crudo en uno de los pozos de la Faja.
El petróleo extrapesado de la Faja del río Orinoco constituye una porción cada vez más importante de las exportaciones venezolanas. Pero ese crudo tiene que ser diluido en unas estaciones conocidas como “mejoradores” para poder ser distribuido y refinado.