Nicolás Igarzábal: “Chabán era un agitador cultural”

El periodista realizó un arduo y notable trabajo que plasmó en el libro "Cemento. El semillero del rock", donde narra la fundación de un lugar clave para el rock argentino durante casi 30 años.

Nicolás Igarzábal: “Chabán era un agitador cultural”
Nicolás Igarzábal: “Chabán era un agitador cultural”

A poco menos de un año de su muerte, la figura de Omar Chabán, dueño de Cemento, comienza a ser reconocida como la de un "agitador cultural" que le dio un espaldarazo enorme al rock argentino en los 80, 90 y parte de los primeros años del siglo XXI, hasta que la tragedia en otro de sus boliches, Cromañón, lo llevó a la cárcel.

Cemento albergó las primeras "misas" de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, tuvo a Sumo dando sus últimos estertores, a los Violadores arrasando todo con su punk. Alumbró el rock barrial al darle su espacio a La Renga, Los Piojos y Viejas Locas.

Pero también fue la cuna del nuevo rock argentino al recibir a los Brujos, Babasónicos, el Otro Yo y Juana La Loca. Allí Hermética, una banda emblemática del heavy metal argentino, grabó un disco vivo, y La Bersuit se probó los pijamas por primera vez.

Los Fabulosos Cadillacs y Massacre tocaron varias noches, al igual que Todos Tus Muertos, Attaque 77, Fun People, Ratones Paranoicos, Animal, Carajo, La Portuaria y Los Rodríguez.

Además, Cemento recibió a muchas bandas extranjeras como el metalero dinamarqués King Diamond, que dio varios recordados shows, los Die Toten Hosen, los Misfits, los Buzzcocks, los GBH, los Exploited, Marky Ramone y los Queens of the Stone Age.

Sobre el rol de Cemento y de Chabán en la cultura joven habló Igarzábal y desgranó anécdotas sobre episodios inolvidables que se sucedieron en esas paredes.

-¿Cómo surgió la idea de hacer un libro sobre Cemento?

-Empecé con una idea de hacer el libro casi como un chiste porque, ¿cómo lo encarás?, ¿cómo lo hacés? Hasta que hace tres años conseguí hablar con Omar Chabán, quería que fueran él y después los músicos.

Lo entrevisté en el hospital Santojanni, cuando estuvo internado por su enfermedad, después lo vi en su casa cuando tenía prisión domiciliaria y ahí empecé a buscar a las bandas típicas de Cemento y otras no tan obvias como Damas Gratis, La Mona Jiménez, que también tocaron allí.

-¿Cómo estaba Chabán? ¿Recordaba todo?

-Estaba muy lúcido, se acordaba todo de las bandas, de nombres de músicos, muchas anécdotas y situaciones. Y todas las charlas derivaban en literatura, cine. Estaba muy enganchado con la serie “Breaking Bad”; aprendí mucho de él y me sorprendió su gran lucidez, porque no quería escribir las memorias de alguien que estaba gagá.

Fueron charlas muy sinceras, por ahí tiraba flores hacia los artistas y por ahí te decía que tal banda era malísima. El decía que los músicos le pedían tocar el arreglo en Cemento y que el arreglo era 70 para la banda, 30 para el local más la venta de las barras. Y juraba que ninguna banda perdía plata. Lo chequeé con varios músicos y me lo confirmaron, a lo sumo en una noche mala salían empatados.

-¿Sorprende su generosidad en relación con los tratos que proponen los actuales productores?

-Sí y mucho. Hablé con managers y productores de grandes bandas y artistas y todos hablaban maravillas, jamás perdían un peso. Si una noche salía mal, Chabán les hacía reprogramar la fecha para dos ó tres semanas después y con buena promoción, recuperar la plata invertida.

-¿Cuáles fueron las claves?

-Cemento fue un lugar bien ubicado cerca del centro, en pleno San Telmo, y más grande que El Einstein, el Parakultural y el Bar Zero, que eran los boliches de la movida rockera de ese momento. Además Chabán era un tipo raro, un hombre que venia del teatro, de las performers, que no le gustaba el rock, prefería la clásica, la fusión, a Ney Matogrosso o el jazz. No tomaba alcohol y esa fue la clave del éxito, un tipo del anti rock manejando el templo rockero, y eso hizo que funcionara.

-Pero a la vez no era el típico empresario que solo contaba billetes.

-No, era un performer, un artista. Si venías sin escenografía, Chabán hacía una, si querías un show con bailarines y actores, Chabán llamaba a sus amigos y ensayaban con vos, cosas muy happening, de la época del Di Tella. Coreografías que parecían sacadas de los films de Pier Paolo Pasolini, de Tinto Brass y también las de Bob Fosse.

Chabán siempre tenia propuestas con mucho acento en lo estético, por eso los días miércoles y jueves en Cemento eran para el teatro y allí actuaban él, Katja Alemann, que fue su mujer durante años, las Gambas al Ajillo, Fernando Noy, Batato Barea, Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese. También tuvo una obra de teatro donde se conocieron Ale Sergi y Juliana Gattas, de Miranda! que inclusive llego a tocar ahí.

-Entonces no lo pienso como un templo rockero...

-Había pensado Cemento como un centro cultural, todo el palo de Urdapilleta, Batato Barea, Divina Gloria terminaron encontrando refugio ahí. Rosario Bléfari cuenta algunas de las mejores historias de Cemento porque hizo teatro allí pero también actuó con su banda Suárez y como solista. Cemento empezó como un lugar multimedia y cuando surgió Palladium, le dedicó los principales días a a los recitales.

-Un evento histórico es un show de La Mona Jiménez en Cemento, ya que la Mona casi no tocaba en Buenos Aires.

-Chabán lo recuerda con mucho cariño, el local estaba repleto y había venido la flor y nata de la escena rockera local: Calamaro, los Decadentes, los Cadillacs, los Twist. Y se quedaron sorprendidos porque la Mona tocó durante cuatro horas y los camarines, que siempre serán recordados por ser muy sucios y malolientes, estaban repletos de chicas. Chabán decía que la Mona era más rockero que cualquier rockero. Que tenia todo, estética, actitud, presencia, carisma y todo lo demás.

-Entonces como lo definís a Chabán?

-Los músicos y los productores como la Negra Poli lo señalaban como un gurú del arte, un mecenas, un agitador cultural. De 150 músicos a los que entrevisté, 140 me hablaron bien de Chabán, me sorprendió eso.

“Superado el episodio Cromañón, todos indicaron que era un gran productor de eventos, que le daba espacios a todos los estilos y formatos, ya que iba de Hermética a Miranda! y Leo García. Y todos coincidían en que era un agitador cultural. A su velorio fueron Skay y la Negra Poli, que tocaron muy poco con los Redondos en Cemento pero que iban a ver a muchas bandas”.

“Cuando se lo pregunté a Chabán, fue muy claro, me dijo que gracias a él los músicos habían ganado dinero y podían ganar plata sin chuparle el culo a las discográficas. Y eso es verdad. El rock independiente le debe muchísimo. Armaba festivales punks, de heavy metal, de pop y de reggae, y así todos tenían oportunidad de mostrarse”.

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