Nicolás Giacobone: el argentino que aspira al Oscar por “Birdman”

Junto a Armando Bo es candidato a una estatuilla dorada por el guión gestado entre ambos para la película “Birdman”. Aquí el argentino habla sobre los entretelones de un film ambicioso.

Nicolás Giacobone: el argentino que aspira al Oscar por “Birdman”
Nicolás Giacobone: el argentino que aspira al Oscar por “Birdman”

Como Riggan Thomson, el alado actor de “Birdman”, Nicolás Giacobone tiene el viento soplando a favor. El argentino que escribió junto a Armando Bo, Alejandro González Iñárritu y Alexander Dinelaris el guión del film que cuenta con nueve nominaciones en los inminentes Oscar y devolvió a Michael Keaton a las primeras planas, pasa hoy sus días en los Estados Unidos entre ceremonias de premiaciones y próximos proyectos.

Giacobone y Bo son los nombres locales que pueden llevarse una estatuilla el domingo que viene además del equipo de “Relatos salvajes”, premio que coronaría la racha veloz y ascendente de la dupla: en poco tiempo, Bo-Giacobone pasaron de colaborar con Iñárritu en “Biutiful” (2010) a sumar reconocimientos por la pequeña -y nunca estrenada en Mendoza- “El último Elvis” (2012) y de allí a gestar la ambiciosa “Birdman”, planteada como un ilusorio y vertiginoso plano secuencia.

“Más allá de ser primos, con Armando somos amigos y nos respetamos. Encaramos el trabajo desde lugares bien distintos. Él es director y muy visual al contar historias, yo soy más de encerrarme y escribir, pero nos complementamos”, dice Giacobone desde Nueva York. Allí el guionista trabaja junto al mismo equipo de “Birdman” en “The One Percent”, serie televisiva para la cadena Starz donde actúan Ed Helms, Hilary Swank y Ed Harris.

“Todo lo que pasó con ‘Birdman’ fue una sorpresa”, continúa el guionista. Y amplía: “El film es un experimento raro y un descubrimiento, no teníamos una idea clara de lo que iba a pasar cuando se estrenase. La respuesta del público y las nominaciones fueron una sorpresa agradable e increíble. Ahora estoy viviendo en Nueva York con mi mujer que es de Córdoba, Mariana, y nuestro perro, y en los ratos libres viajamos a las ceremonias. No espero nada porque esto es impredecible, incontrolable, mucha gente es la que votó y cada persona tiene su gusto. Y tampoco es que la felicidad dependa de eso. El hecho de tener trabajo, de levantarme a la mañana y escribir y poder vivir de lo que me gusta ya es suficiente. El Oscar significaría tener más de esto por más tiempo”.

Amores pájaros

-¿Cómo surge "Birdman"?

-Un año después del estreno de “Biutiful”, Alejandro (Iñárritu) me llamó para decirme que tenía una idea que era más que nada un impulso, la necesidad de hacer una comedia en plano secuencia. Y que tenía la imagen de un hombre en ropa interior, levitando. Eso era todo lo que tenía. Dijo que quería colaborar con Alexander Dinelaris, el otro guionista, un escritor de teatro de Nueva York. Y nos juntamos para hablar y escarbar qué había detrás de esa imagen. El proceso fue delirante, porque todo estaba fuera de la zona de confort. Hacer una comedia en plano secuencia es casi una contradicción, porque es un género que depende del ritmo. Saber que no tenía cortes nos ponía la presión de lograr ese efecto con una sola cámara y la presión de saber que el 98 por ciento del guión iba a quedar en pantalla. Nos juntábamos en Nueva York o Los Ángeles o México o por Skype para hablar y tomar notas y discutir. Fue un proceso divertido, más que nada porque el tema del film es muy cercano a todos nosotros.

-¿En qué sentido?

-En esas reuniones empezamos a exponer cómo funciona el ego en nuestro trabajo. Ese ida y vuelta entre sentir que somos lo mejor y al día siguiente la porquería más grande (risas). Cómo intentamos navegar en el medio de esos dos extremos y lograr algo significativo. Eran como sesiones psicológicas en las que nos reíamos mucho, y cuando reíamos sabíamos que la idea iba a funcionar. Tiene que ver con todas las personas, todos en algún punto tenemos una voz que pone en duda lo que hacemos.

-¿Trabajaron pensando en Michael Keaton?

-La verdad que no. Escribimos el guión pensando en Riggan Thomson, quién era él, cuál era su historia, y cuando ya teníamos el guión nos juntamos y tiramos algunos nombres de actores. Cuando Alejandro se juntó con Michael Keaton hubo una conexión especial, y hoy sería imposible imaginar la película sin él. Yo siempre que lo veo a Keaton le agradezco, porque cuando escribimos el guión era difícil ver y entender cómo se iba a ver la película, cuán humano iba  a ser el personaje. Yo creo que él consiguió eso, un personaje con el que se puede identificar cualquier persona.

-¿Por qué la inclusión del superhéroe?

-Birdman apareció a mitad de camino. Más que nada teníamos la idea del ego, queríamos que el ego fuera un personaje en la película, pero no sabíamos cómo mostrarlo. Sí sabíamos que el protagonista había triunfado en Hollywood y que había quedado relegado y quería volver a mostrar su talento en el teatro, y de golpe entendimos que su éxito venía por haber personificado a un superhéroe. Ahí todas las piezas calzaron. El superhéroe como personificación del ego, del pasado, eso que tuviste y dejaste huir. Pero nunca hubo una intención de hacer una crítica puntual de ese mundo o del teatro, la idea era reírnos de todos esos aspectos, que incluyen tanto el cine comercial como el de artista como el teatro y principalmente nosotros mismos.

-¿Qué pensás de "Relatos salvajes"?

-Me parece muy buena, una gran película. Me alegra que un film con un corazón tan argentino haya tenido una recepción importante en el mundo y en Hollywood. Lo que se habla acá de la película es impresionante. Ya veremos el domingo que viene qué pasa.

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