Nicolás Francella: “Tengo muchas ganas de asumir riesgos”

Se estrenó “Maracaibo”, una película dirigida y protagonizada por Jorge Marrale y Mercedes Morán, en donde Nicolás Francella tiene un papel clave. En esta charla habla de su papá Guillermo, de sus comienzos en la actuación y de su promisorio futuro.

Nicolás Francella: “Tengo muchas ganas de asumir riesgos”

El crimen de Facundo (Matías Mayer) provoca en Gustavo (Jorge Marrale) y Cristina (Mercedes Morán), sus padres, un vacío irreparable. La tragedia evidencia todo lo que no había podido ser en el vínculo entre Gustavo e hijo y desarma las apariencias con su mujer; Cristina. Gustavo emprende un desesperado intento para entender su culpa: una culpa tortuosa que le provoca un profundo sentimiento de venganza. Gustavo necesita encontrar al responsable de ese crimen.

-¿Cómo fue la vuelta al cine? Empezaste en ese medio y después te dedicaste mucho a la televisión.

-Sí, es que todo se fue dando así. Mis primeras experiencias fueron televisivas, después de “Corazón de León” (2013) hice dos series y una tira (NdR: se refiere a “Aliados”, “La Celebración” y “Viudas e hijos del Rock & Roll”). Y también tuve la chance de hacer teatro, la obra “Madres e Hijos”. Eso, el mundo del teatro, me despertó una pasión por el trabajo fantástica. Y la verdad es que el año pasado, más allá de que tuve la oportunidad nuevamente de hacer teatro, me arriesgué a hacer dos películas porque quería hacer cine, tenía ganas.

Me habían llegado dos guiones que realmente me interesaban y eran dos desafíos para mí. Dos proyectos diferentes, dos transformaciones diferentes, y quería vivirlo. El teatro duró diez u once meses, terminé en abril del año pasado “Madres e Hijos”, comencé en mayo o junio con Maracaibo y después seguí con “Los Padecientes” (2017). Tengo muchas ganas de asumir riesgos, no estar en la zona de confort, de desafiarme, de crecer y de hacer cine principalmente.

-En muy poco tiempo probaste todos los medios, incluso comenzaste como productor, así que ya estuviste de los dos lados. ¿Hay alguno por el que tengas preferencia?

-Lo que busco ahora es la continuidad. Es una carrera tan difícil, tan insegura, tan inestable. Es el día de hoy que puedo elegir qué hacer, y lo estuve haciendo, y cuido mucho lo que elijo. Es una carrera que es como un juego de ajedrez por momentos, donde ciertas puertas te condicionan para hacer otras cosas. Si hacés televisión, tenés que saber que aunque te llegue la mejor propuesta de cine la producción no te va a dejar porque no podés.

Entonces hay momentos en que por más que uno quiera, no se puede hacer todo. Igual, me saqué las ganas como dije antes de hacer dos películas que se estrenan este año. Ahora vuelvo con un lindo proyecto, con un gran personaje, de vuelta a la rutina del día a día, intentando hacer televisión que es todo un año de trabajo y con Pol-ka, que es una productora con la que nunca laburé. Es cierto, pude vivir todas las instancias y me siguen gustando todas. Para mí, puedo llegar a disfrutar de esta carrera haciendo eso: pudiendo elegir, si puedo hacerlo, y ver en qué momento tengo ganas de hacer teatro, televisión o cine. En nuestra carrera hay momentos que, por ejemplo, de día estás al pedo pero de noche trabajás. Hay una sobrelectura de que estamos ataviados de cosas y muchas veces no es así. Cuando no estamos ocupados todo el tiempo, proyectás a futuro lo que vas a hacer el año siguiente.

-"Maracaibo" toca muchos puntos fuertes, ¿cuál de todos ellos fue el que más te atrajo para querer estar en la película?

-Primero que nada, quise participar porque están Jorge (Marrale) y Mercedes (Morán). Creo que siempre hay que rodearse de la mejor gente posible, en cualquier tipo de laburo. Estar con actores de tanta experiencia es lo mejor, aprendés muchísimo y, además, te la devuelven siempre redonda.

Con este largometraje, en lo personal me encontré con una zona completamente diferente a lo que estaba haciendo. La sensibilidad y emocionalidad que tenía Ricky, mi personaje, mientras interactuaba con el de Jorge, fue lo primero que me captó. Tengo algo que al leer el guión puedo ver si funciona o no, si le pifia o no, pero también me pasa que a veces leo veinte páginas y no me está gustando y de repente algo encuentro. Por lo menos, así me manejo yo. Leí este guión y sentí que había algo lindo. Miguel (Ángel Rocca), el director, al escribirlo con el autor no lo hizo tan verborrágico, sino que es más puntual todo, con muchos silencios y miradas. En un principio me interesó mucho la relación entre Jorge y Mercedes, que ninguno tenía más de un párrafo en cada frase. Eran todas puntuales y significaban mucho más que desarrollar por demás. Menos era más…

-Sí, muestran una relación casi idílica que, al sucederle una tragedia, se desmorona automáticamente lo que parecía algo sólido.

-Sale a la luz todo. Lo que tapaba Gustavo y a lo que no quería enfrentarse, o hablar con el hijo. Él sabía que algo pasaba mucho antes de que sucediera esa tragedia. Y Cristina es la persona donde se apoya Facundo (Matías Mayer), la que va a estar a su lado pase lo que pase y lo va a “defender” de algo de lo que ni siquiera tiene que hacerlo. La película es demasiado reflexiva y toca muchísimos temas: el paralelismo con las clases sociales, la homosexualidad, la aceptación, la venganza, etc. Tenía varias cosas por las cuales podía funcionar.

-Tu personaje era difícil porque podría haber sido demasiado marginal y, en exceso, bordear la caricatura. ¿Se habló de cómo componerlo?

-Sí, por supuesto. Preferimos no hacerlo así, porque sino caés en el estereotipo, y también un poco en lo básico. Por ser un chico marginal no tiene porqué hablar de cierto modo. Vimos un video de un chico que robaba y mataba, y tenía un modo de hablar perfecto. Hizo todo eso, y hoy en día es docente. Vos pensás: “Claro, es un pibe chorro, pero no quiero caer en el tumbero.” Es un pibe que sí, su vida es esto, pero eso no quiere decir que tuviéramos que  interpretarlo así. Era muy riesgoso hacer eso. Con Miguel pensamos que era meternos en una zona que tampoco iba a importar tanto cómo hablara o cómo se manejara.

-Es muy duro lo que pasa con el matrimonio de Gustavo o Cristina. Cuando hay acusaciones cruzadas entre ellos por lo que pasó…

-Es todo muy border y delicado. Gustavo se da cuenta de que hay una responsabilidad compartida con su esposa y no es el principal responsable de lo que pasó. Además mi personaje no está obligado a matar, sí a robar. Lleva el revólver en la mano porque es parte del proceso de hacerlo, así roban estos dos tipos marginales. Se le escapa un tiro: por nervios, para acabar con esa vida que lleva, o para demostrarle a su padre (Luis Machín), con el que sale a robar, algo. ¿Por qué dispara? Me parece que básicamente para terminar con esta locura y porque es de esos tipos perdidos que no les interesa estar en una cárcel o estar en su casa con el ambiente que lo rodea. No tiene el deseo de buscar otro horizonte, darle otro sentido a su vida.

-Ricky se entrega por lo que hizo, no es que la policía lo encuentra y lo detiene en algún momento.

-Él se entrega para terminar con esa vida. Es más, si hablamos de amor y odio creo que la relación entre él y su padre es odio, cien por cien. Es su padre, pero hay relaciones realmente en las que no hay nada de amor. ¿Cómo pretendés que tenga alguna relación de cariño con el padre después de lo que le hace vivir? De ninguna manera.

-Empezaste la carrera al revés que tu viejo. Él llegó un poco tarde al cine y vos arrancaste por ahí.

-Eso es una charla como muy grande. Él necesitaba comer al principio, y su prioridad era económica. La mía nunca lo fue. La remé mucho menos en mi vida. Valoro todo lo que tengo, todo lo que soy y lo que hago, pero mi viejo tuvo una vida más complicada que la mía. Yo tuve la suerte de comenzar a trabajar y poder hacerlo en este cine de hoy, pero no podemos comparar lo dos caminos. Tuve la facilidad de meterme en producción gracias a un meritorio, haciendo el laburo de “che pibe” y después me tomó Telefé. Lo mío fue algo más fácil, si lo querés llamar fácil. Él me aconseja y me cuida mucho.

-¿Conocés Mendoza? ¿Tenés alguna anécdota con el lugar?

-La verdad es que no conozco. En realidad, fui pero de muy chico y no recuerdo casi nada. Ahora quiero ir y hacer La Ruta del Vino, tengo muchas ganas. Soy amante del vino y me muero por hacer ese viaje, tal vez con mis amigos o con mi novia.

-¿Cuáles son tus próximos proyectos?

-El 27 de abril se estrena “Los Padecientes” (2017), basada en el best seller de Gabriel Rolón, y protagonizada por la China Suárez y Benjamín Vicuña.

Hago del hermano de la China, que es acusado de matar al padre de ambos y que carga con una historia familiar bastante pesada y oscura. Y acabo de comenzar las grabaciones de la nueva tira de Pol-ka, llamada “Cinco Estrellas”, que trata sobre cinco hermanas de diferentes madres a las cuales le fallece el padre. El tipo era un millonario con diferentes emprendimientos hoteleros y, antes de cobrar la herencia, deja escrito que tienen que sacar adelante el “Hotel Estrella” y así van a poder cobrarla. La idea del padre es que se unan nuevamente como hermanas.

En ese proceso de sacarlo adelante van eligiendo a diferentes hombres y mujeres para que trabajen allí. Yo vendría a ser el barman y comenzaría una relación con el personaje de Marcela Kloosterboer. Estoy realmente muy ansioso por este proyecto.

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