Nicolás Cabré: “Nunca elegí trabajos por dinero”

Dice que está alejado de la televisión porque prioriza el cuidado de su hija Rufina y el teatro le lleva menos tiempo. El regreso a una sala con la comedia “El quilombero” lo divierte y mantiene entusiasmado.

Nicolás Cabré: “Nunca elegí trabajos por dinero”

Con la producción de Gustavo Yankelevich y las actuaciones de Marcelo De Bellis, Luis Ziembrowski, Alejandro Muller y Mercedes Oviedo, la obra teatral “El quilombero” tiene como destino convertirse en un éxito de taquilla del verano porteño.

El sonido de una risa libre de prejuicios domina la charla con Nicolás Cabré, contento por su protagónico en esta comedia del reconocido autor galo Francis Veber, responsable de escenas desopilantes en productos muy logrados como “La cena de los tontos” y “El placard”, que fueron llevadas al cine con éxito.

“Me llega en el momento justo, no sólo me gusta la obra que me dio Gustavo (Yankelevich), sino todo lo que vino detrás y junto a ella, como la dirección de Arturo (Puig) y saber que estamos todo el tiempo junto al elenco trabajando para hacerla crecer”, cuenta el protagonista.

“Hoy -continúa- tengo prioridades en la vida, sobre todo el cuidado de mi hija Rufina (de 2 años, que tuvo con la actriz Eugenia “La China” Suárez), por eso no puedo quedarme 12 horas todos los días grabando una tira de televisión. Es una época ideal para hacer teatro. El regreso a una sala con una comedia que de verdad me divierte, me tiene entusiasmado”.

Aunque se recuerde su paso por populares tiras como “Son amores” y “Sin código”, entre otras, en la piel de criaturas ligadas al humor, sobre las tablas concibe al género como, “un desafío del cual me venía alejando, me habían ofrecido cosas que no me gustaron, disfruto al encararlo de otra manera, dentro del registro de una comicidad sin pausas”.

El actor se refiere a esa suerte de histrionismo vertiginoso, al límite, que fue su marca en la serie televisiva “Los únicos”, que tuvo su rendidora versión sobre las tablas en 2011, donde Cabré fue de la partida con una actuación eléctrica.

Como un tren en marcha
En "El quilombero", la acción dramática se despliega en dos habitaciones con un ritmo similar al de "un tren, cuando el texto arranca ya no para y mi personaje no tiene paz y no permite que los demás la tengan, marcha a velocidad y me permite jugar con una locura permanente", detalla enfático.

“Pignon, mi personaje, es un ser desbordado por la separación de su mujer, no le importa mucho el otro ni sus reacciones, él hace y hace, arrastra a los demás en sus quilombos sin tener registro de su conducta, obvio que se trata de alguien a quien la cabeza no le anda bien”, se apasiona y ríe.

El rol le demanda “mucho laburo físico, estoy bajo de peso, resulta una experiencia agotadora, no te da respiro no paro nunca, voy y vengo para todos lados”.

Puntos de referencia
"Compadres" se llamó una de las versiones cinematográficas de este cuento que fue protagonizado por Jack Lemmon y Walter Matthau y dirigido por el genio de Billy Wilder en 1981, mientras que "Querido asesino" se llamó su adaptación al cine más reciente dirigida por su autor, Francis Veber, en 2010.

Aunque durante la trama al protagonista, “le van pasando un par de cosas capaces de mover algunas fichas dentro de sí, él posee una locura que impide que se le acomoden todas”, precisa Cabré.

Su énfasis en la dramaturgia generosa en situaciones de enredos con puertas que se abren y cierran quizás confirme que drama y comedia pueden ser dos caras de la misma moneda, ya que el actor compartió tablas a dúo con Alfredo Alcón en “El gran regreso” (2004), una honda reflexión sobre las aristas de la paternidad y fue el joven vulnerable desde su enamoramiento de “El cartero” junto a Darío Grandinetti, con una escena de desnudo en 2000.

“Nunca elegí trabajos por dinero o me obsesionó el rating, no son mis puntos de referencia, siempre quise construir papeles que me sirvan y estén bien hechos, no miro el resultado final, si estoy en un programa y no me gusta algo lo digo, aunque el envío vaya primero en la tabla de audiencias”, detalla.

“En la obra -prosigue- buscamos que la gente se ría, pase un buen momento y trabajamos duro para lograrlo, quiero que el público pueda justificar el dinero que invierte en la entrada al teatro”.

El homenaje a Walsh
Nicolás viene de interpretar a un sagaz y melancólico detective en el unitario "Variaciones Walsh" por la TV Pública. "Pasé un período extenso sin estar en la tele, lo último que había realizado era 'Mis amigos de siempre' en 2013 y volver a estar en pantalla junto a Pipo (Luque) y Darío (Grandinetti) ya no tenía muchas excusas para quedarme en casa, encima se trataba de un homenaje a Rodolfo Walsh...".

Para Cabré, la serie le permitió, “conocer cómo se trabaja en la Televisión Pública, con el detenimiento, el cuidado por los detalles, además el papel me dio la posibilidad de cruzarme y mostrar textos no tan conocidos del escritor argentino”, concluye riendo.

Su hija, lo primero

“Ser papá me hizo el hombre más feliz del mundo”, declaró el actor en una entrevista reciente en la que también sostuvo que la relación con La China Suárez, madre de su hija Rufina, de 2 años, es “maravillosa”, a pesar de que ambos se separaron apenas nació la niña.

Aunque con Eugenia no mantiene hoy ningún vínculo romántico, Nicolás asegura que la prioridad de ambos es Rufina y todo lo que hacen es pensando en el bienestar de la pequeña. “Estoy orgulloso de la familia que hemos formado”, dijo.

La propia China Suárez también habla maravillas de Cabré. “Tengo la suerte de haber elegido al mejor papá del mundo”, dijo la actriz en una entrevista concedida al diario La Nación.

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