"Los 8 más odiados”, que se estrena hoy entre nosotros, no es para débiles de corazón. En realidad, ¿qué película de Quentin Tarantino lo es? Pero aunque el cinéfilo favorito del cine retoma algunos de sus viejos trucos en su octavo largometraje, este western de casi tres horas e impronta bastante teatral se siente como un paso adelante para el obstinado “enfant terrible” del cine, como un paso hacia la madurez.
Esto no quiere decir que Tarantino se haya suavizado: sólo hay que pasar un minuto con la punzante y maliciosa música del maestro de 87 años Ennio Morricone, que se llevó un merecido Globo de Oro el pasado domingo por esta partitura, para comprobarlo.
Tal vez haya que decir que Tarantino muestra su fuerza atenuada en este film, con una autoridad menos frenética que el lenguaje cinematográfico al que nos tenía acostumbrados, pero con repentinos y certeros golpes directos a las entrañas o, al estilo de la prisionera asesina interpretada por Jennifer Jason Leigh, a la cabeza.
Esta historia de ocho oscuros personajes, cada cual a su modo, encerrados en una cabaña en medio de una dura tormenta de nieve en el desierto de Wyoming, no tiene prisa en llegar a destino y el público se beneficia de esto.
Por momentos es una película de misterio, al estilo de las novelas de Agatha Christie, en la que nadie ha hecho nada aún pero todos son sospechosos de algo. Todos son malos, algunos más brutales, todos tienen un secreto y todos son héroes de su propia historia.
Samuel L. Jackson interpreta al cazarrecompensas superletrado Marquis Warren, quien alardea de llevar en el bolsillo una supuesta carta que el presidente Abraham Lincoln le envió personalmente.
Kurt Russell es el violentamente afable John Ruth, que transporta a una prisionera a un pueblo para que sea ahorcada a cambio de una recompensa de 10.000 dólares.
Jennifer Jason Leigh es la prisionera, Daisy Domergue, cuya sonrisa macabra y ensangrentada dice más que cualquier monólogo.
Walton Goggins interpreta a Chris Mannix, un futuro sheriff que podría ser un gran manipulador o simplemente un imbécil.
Demian Bechir es Bob El Mexicano, encargado del mantenimiento de la cabaña en la que se encuentran todos los personajes.
Michael Madsen es Joe Gage, el amenazante hombre que observa silencioso desde una esquina.
Tim Roth es Oswaldo Mobray, un verdugo británico que parece suplente del Christoph Waltz de “Django sin cadenas” hasta que encuentra su propio ritmo.
Y el veterano Bruce Dern es un malhumorado general confederado que no sabe qué será de su vida ahora que la guerra ha terminado.
Parece demasiado, pero en realidad no lo es. Esa es la genialidad de Tarantino. Cada uno de sus personajes es tan distinto y tan rico que salta de la pantalla tan pronto se lo conoce.
Cuando tantas cintas con grandes repartos parecen confundir el desarrollo de personajes priorizando las caras conocidas a las caracterizaciones, “Los 8...” resulta refrescante en ese aspecto. El gran trabajo de vestuario de Courtney Hoffman se suma a esta peculiaridad.
Tarantino mantiene al espectador al borde de su asiento preguntándose en quién debe creer o, por lo menos, de qué lado debe estar. Pero esto cambia cada 15 minutos, a medida que se desenmascara el misterio y todo explota.
Los diálogos son tan sagaces como siempre, ya sea que hablen de café envenenado, de la guerra o de los beneficios de transportar a un prisionero vivo o muerto.
Las críticas, en general, han elogiado este film y el diario The Hollywood Reporter lo consideró “una cruza entre ‘La diligencia’ de John Ford, la novela ‘Diez negritos’ de Agatha Christie y la obra de teatro ‘A puerta cerrada’ de Jean Paul Sartre.
El formato
Tarantino rodó "Los 8 más odiados" en un formato hoy prácticamente extinguido: Ultra Panavisión de 70 milímetros, el mismo con el que se rodó la película "Ben Hur" en 1959.
Esa versión, de 187 minutos, fue presentada en algunos cines de los Estados Unidos, de los pocos que aún cuentan con los antiguos proyectores necesarios para este tipo de exhibición, en funciones que incluían una obertura y un intervalo de 10 minutos hacia la mitad del film.
El resto de los cines exhibió la copia digital del film, con 10 minutos menos de metraje, que es la que se estrena hoy entre nosotros.
Incidentes
Desde mucho antes de comenzar el rodaje, "Los 8 más odiados" se vio envuelta en no pocos incidentes.
Apenas terminado, el guión se filtró a Internet, lo que provocó la rabieta del director y la posterior modificación de varias escenas.
Aunque Tarantino decidió rodar la película en "gloriosos 70 milímetros" para evitar que pudiera descargarse por la red, esto no impidió que la versión digital de la película, que es la que se verá en casi todas las salas del mundo, fuera salvajemente pirateada. Según el FBI, la película ha tenido hasta ahora más de 600 mil descargas.
Por si esto fuera poco, la policía estadounidense llamó a boicotear la película luego de que Tarantino participara de una manifestación en Nueva York en contra de la brutalidad policial.