Ni españolistas ni independentistas. Así se sienten miles de catalanes ante la tensa situación que atraviesa su región por el proceso secesionista impulsado por el Gobierno catalán y rechazado por Madrid.
En Cataluña, una región dividida al 50 por ciento entre independentistas y no independentistas, parte de los ciudadanos se sienten “huérfanos” en medio de un conflicto polarizado, “en tierra de nadie”, una expresión que utilizó hace unos días la cineasta catalana Isabel Coixet (“Mi vida sin mí”, “Nadie quiere la noche”) en un artículo en el que dijo hallarse “en un lugar silencioso” en el que “no suenan himnos ni gritos ni proclamas”. “Hay un porcentaje de la sociedad a la que han dejado en medio, gente que no pensamos ni como el Gobierno español ni como la Generalitat (Gobierno catalán)”, explica Claudia Carrascal, una colombiana de 50 años que llegó hace 7 a Barcelona y que vive el conflicto “con mucho dolor y mucha angustia”. “Paso noches en vela. En Colombia viví de cerca la guerra y cuando llegué a España me sentí muy feliz por la tranquilidad y la convivencia que encontré. Y todo eso se está perdiendo”, lamenta mientras sujeta una pancarta en la que destaca un verso de Fito Páez: “Yo vengo a poner mi corazón”.
En Cataluña se habla de una “mayoría silenciosa” que se mantiene al margen del movimiento independentista y que durante años ha callado ante las proclamas y las grandes manifestaciones separatistas, impulsadas por el Gobierno catalán.
El Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy y el partido liberal Ciudadanos, que nació hace más de una década en Cataluña con vocación anti nacionalista, han apelado en las últimas semanas a esa “mayoría silenciosa”. Pero muchos ciudadanos que se sienten parte de ese grupo, y que ayer salieron vestidos de blanco en Cataluña para pedir una solución dialogada, no se identifican con ninguno de esos dos partidos políticos. “Por eso no vamos a ir a la manifestación del domingo”, explica a dpa un grupo de jóvenes en referencia a un acto impulsado en Barcelona por la entidad civil anti secesionista Sociedad Civil Catalana, que está apoyado por PP y de Ciudadanos y contará con la presencia del escritor peruano Mario Vargas Llosa y otras figuras de la política y la cultura.
“Allí habrá muchas banderas y yo no creo en las banderas”, señala uno de ellos. Los de “en medio”, aquellos que no se sienten identificados “ni con el negro ni con el blanco, sino con un inmenso gris” que existe en Cataluña, exigen que las autoridades españolas y catalanas “se sienten a dialogar, que negocien”, en palabras de Antonia, una mujer de 49 años. “La salida a esta situación tiene que ser política”, añade su marido, Luis Fernando, quien califica como “lamentable” el papel desempeñado hasta ahora por ambas partes. “Lo que han hecho es dividir a la población en beneficio propio. Por eso los que estamos en medio, tenemos que salir a la calle y presionar”, asegura.
María, una trabajadora de 31 años, no se siente identificada “con ninguno”. “Creo que ambos están jugando con la gente porque les conviene. Y los que no estamos ni en un bando ni en otro, es como si no existiéramos”, lamenta. “El Gobierno español no tenía que haber permitido que se llegara a esta situación y la Generalitat se ha metido en una deriva que da miedo”, reflexiona otra joven.