Tras dos presentaciones con más dudas que certezas (en el debut venció 3-1 a Croacia con un muy polémico penal y en el segundo igualó en cero con México), Brasil debía reivindicarse en el último compromiso de la fase de grupos para así meterse en Octavos como el mejor del Grupo A.
Y el Scratch lo logró al imponerse por 4 a 1 ante la eliminada Camerún. Claro que una vez más, la 'Verdeamarelha' pudo volver a ser gracias a Neymar, que guió a los suyos al éxito despachándose con un doblete que le valió ser elegido como el mejor jugador del partido (al igual que en el primer choque frente a los croatas).
"No existe presión cuando estás realizando un sueño. Para mí, este partido es un sueño... Lo soñé toda la vida", fueron unas de las primeras palabras del crack brasileño en conferencia de prensa, luego de ser condecorado por la FIFA. Mientras que agregó: "Cada uno sabe las condiciones que tiene".
Asimismo, el delantero del Barcelona no tuvo reparos en reconocer: "Fue nuestro mejor partido, sí, no sólo por el resultado sino también por el juego... Marcando, luchando, no sólo con fútbol.Volvimos a presionar la rival como queríamos".
"La gente se merecía este resultado, hay que agradecer a la torcida. Estamos el camino correcto, creciendo y cada vez más cerca de lograr nuestro sueño", cerró Neymar.
El fan fest fue copado con la alegría local
Belo Horizonte, ajena a la pasión mundialista en la rutina cotidiana de su gente, explotó con más de 20.000 personas dentro y otros miles fuera de Expominas, el lugar donde se montó el Fan Fest, que vibró ayer con el pase de Brasil a octavos de final. La capital de Minas Gerais tiene dos clubes grandes, Cruzeiro y Atlético Mineiro, pero nunca se encendió con la Copa del Mundo, un evento que trasciende fronteras y que se vive con locura a lo largo de todo el planeta.
La ciudad, aun cuando juega Brasil, casi no modifica su pulso, a diferencia de otras, como Río de Janeiro o San Pablo, por citar algunos casos. Solamente un lugar concentra la pasión de los belo-horizontinos: el Fan Fest. Allí se congregaron cerca de 25.000 personas (el lugar tiene capacidad para 21 mil), que disfrutaron, a través de una pantalla de 80 metros cuadrados en LED de alta definición y otras ocho de 42 metros cuadrados, la actuación de Brasil y su clasificación para los octavos de final. Ahora el “Scracht” se medirá con Chile, el próximo sábado a las 13 en el estadio Mineirao de Belo Horizonte.
Justamante ese día será la prueba de fuego para los belo-horizontinos, ya que tendrán que demostrar que el Mundial -con el seleccionado nacional que dirige el emblemático Luis Felipe Scolari en su propia cancha- se juega en la ciudad. Pero ayer hubo acción en el Fan Fest, con figuras brasileñas, tales son los casos de los cantantes Daniel Maestri y Gabriel Elías y el grupo pop-teen (para adoslescentes) Cheiro de Amor, con Vina Calmon como figura, y también en el estadio Nacional de Brasilia, donde Neymar -la estrella local- y compañía bailaron a Camerún, para delirio de la gente.
Y la fiesta se vivió antes, durante y después del partido, ya que el lugar -donde se puede acceder mediante 19 líneas de colectivos municipales y 130 metropolitanas, conectados a una estación de metro, Gameleira y también en taxis- abrió sus puertas a las 11 y las cerró a las 22, con entradas gratuitas. La gente disfrutó de la música y el fútbol, dos pasiones del pueblo brasileño, dos pasiones que trascienden fronteras, dos pasiones que comparte todo el mundo.
