Hace poco tiempo, a comienzos del mes pasado, editorializábamos sobre los problemas ambientales que Mendoza no puede neutralizar y erradicar, y señalábamos que uno de esos atrasos que perviven en nuestra sociedad es la fabricación de ladrillos.
Decíamos entonces que se trata de una técnica sumamente contaminante, que además consume en sus hornos toneladas de árboles o arbustos, que se sustraen del ambiente.
Esa práctica nos acompaña lamentablemente todavía y no descartamos que algún día se pueda dar la buena noticia de su erradicación.
Mientras tanto, ahora se puede dar una noticia que tiene las características de un avance en materia ambiental.
Es que en Mendoza ya tiene amparo legal un plan de manejo sustentable de neumáticos fuera de uso (NFU), que contempla la reutilización y reciclaje de sus materiales, que impedirá no sólo la quema de esos elementos, como era habitual en las protestas callejeras, sino además su acumulación en establecimientos cerrados, en baldíos o espacios abiertos o abandonarlos a los costados de rutas y caminos, como todavía se puede observar.
La iniciativa responde a la senadora provincial Mariana Caroglio (UCR), que ha impulsado ésta y otras acciones ambientales, trabajando en vinculación con la Secretaría de Ambiente.
La norma aprobada tiene como objetivo fomentar la reutilización, reciclaje, valorización energética y reducir la disposición final de los neumáticos en desuso.
La legisladora sostiene que en nuestro país, 100 mil toneladas de neumáticos quedan sin uso por año. De ese número, ocho por ciento (es decir, 8 mil tn) corresponden a la región de Cuyo.
Aunque aún falta la reglamentación de la ley, que es un paso que en ocasiones lleva tiempo disponer, con esta herramienta en la mano, el Estado se encuentra en condiciones de prohibir el almacenamiento de cubiertas, fuera de uso, cerca de depósitos naturales o artificiales de agua; acumular cubiertas a cielo abierto y por supuesto lo ya descripto, quemarlas a la intemperie (baste recordar la atmósfera irrespirable del radio céntrico cuando algún piquete les prendía fuego durante una protesta). Tampoco se permitirá depositar y transportar neumáticos junto a otros residuos sólidos o peligrosos.
Como uno de los alcances de la normativa aprobada es fomentar la reutilización, reciclaje, valorización energética y toda forma existente de ocupación de los neumáticos en desuso, el Poder Ejecutivo deberá disponer la creación de sitios de recepción de neumáticos fuera de uso.
Creemos que este aspecto, el lograr reutilizar las ruedas, conforma una de las dificultades del proceso, ya que es bastante complicado tratar y reciclar estos elementos por la forma en que están construidos. Es que no son simplemente una goma, sino que su interior está compuesto por cientos de alambres formando un entramado que da rigidez a la carcasa de la cubierta.
Claro que, una vez reciclado, un neumático usado puede servir para varias cosas, desde suelas de zapatos o pantallas antirruidos, hasta rellenos en los campos de césped artificial, suelos de seguridad en parques infantiles y pistas de atletismo, como mezclas bituminosas para el reasfaltado de carreteras y hasta para hacer zapatillas, como lo lograron emprendedores mendocinos.
Entonces, las opciones de dar otro paso en materia ambiental son importantes y originales.
No obstante, creemos que el proceso puede ser largo porque hay muchos actores que van a tener que encuadrarse en la nueva ley.
Será una instancia de mucha educación y a la vez de resistencia de sectores que están acostumbrados a hacer un manejo irregular de los neumáticos fuera de uso.