La decisión llamó la atención de cinéfilos y seriéfilos del mundo, que verán en breve masacradas sus ficciones favoritas. La cosa es así: los directivos de Netflix anunciaron hace un par de días que la plataforma eliminará la tan polémica escena del suicidio de la protagonista de "13 Reasons Why", una serie que no es precisamente nueva, pero que desde su estreno no ha parado de ser criticada.
Es que muchos emparentan la serie, que cuenta una intrincada historia de suicidio adolescente a causa de bullying, con el crecimiento en la tasa de suicidio adolescente en Estados Unidos. El guarismo, por supuesto, nació de un estudio publicado en mayo último en una revista de psiquiatría de ese país, que decía que en abril de 2017, un mes después del estreno de la serie, había subido un 30 por ciento la cifra de suicidios en jóvenes de entre 10 y 17 años.
"Mientras nos preparamos para lanzar la tercera temporada, hemos sido conscientes del debate en torno a la serie", dijo la compañía en un comunicado al Wall Street Journal.
"Con el asesoramiento de la doctora Christine Moutier, directora médica de la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio, hemos decidido con el creador Brian Yorkey y los productores editar la escena en la que Hannah se quita la vida en la primera temporada", lanzaron, para conmoción de los seguidores.
La escena en cuestión nos mostraba la protagonista cortándose las venas en el baño. Y por más fundamentada que haya estado la escena, una pregunta quedó flotando: ¿A cuántas ficciones más se les podría aplicar la tijera, bajo esta misma vara?
El tema es que, casi en simultáneo, nos hemos enterado de otro estudio, esta vez de la organización Truth Initiative, que se dedica a "lograr una cultura donde todos los jóvenes y adultos jóvenes rechacen el tabaco", según su web.
En cuestión, hizo un ranking con las series en las que hay más escenas de personajes fumando. Lo encabeza "Stranger Things", entre otras como "Orange is the New Black" y "House of Cards". El estudio alertó incluso que la inmensa mayoría de escenas de personajes fumando provienen de contenidos originales de Netflix, que ya respondió.
Dijo que "apoya firmemente la expresión artística. Pero también reconoce que fumar es perjudicial y cuando se muestra de manera positiva en la pantalla puede influir negativamente en los jóvenes". Es por eso que, de ahora en adelante, eliminará todos las escenas de personajes fumando en ficciones que sean vistas por una audiencia de 14 a 24 años y que sean propias.
Cuántos cambios. Los tiempos marcan el pulso y está bien que el streaming se haga eco. Mientras, los habitués se han tomado con humor este gesto ¿sumiso? de Netflix, que no quiere ni polemizar ni se arriesga a defender la integridad de sus productos.
Y ahí está la clave: si nuestras series son productos, más que nobles creaciones artísticas, es comprensible que se ajusten así de fácil a la oferta y la demanda. Quizás no haya sido muy diferente épocas atrás, cuando Bette Davis y Greta Garbo intoxicaban a la audiencia con sus bellos y pestilentes humos.
