El famoso proverbio, “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día; enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”, podría aplicarse muy bien a lo que sucede con la provisión de netbooks a los chicos del nivel medio, a quienes los han dotado de un elemento esencial para poder adaptarse a las necesidades de la época, pero los objetivos buscados con la iniciativa se diluyen ante la errónea utilización por parte de los alumnos.
La implementación, en 2010, del proyecto nacional a través del denominado Plan Conectar Igualdad generó expectativas favorables porque significaba una apuesta fuerte, tendiente a equilibrar el acceso de todos los alumnos a las nuevas tecnologías.
Eran muchos los aspectos favorables, pero el esencial radicaba en que gran parte de los alumnos, sobre todos los provenientes de menores recursos económicos, no podrían tener acceso a la tecnología de última generación, que les resultará imprescindible para abrir sus posibilidades laborales en el mediano y largo plazo. De allí que la iniciativa fuera recibida con entusiasmo por parte de padres y alumnos.
Sin embargo, una simple evaluación realizada entre los actores del ámbito educativo, permitió establecer que no se han alcanzado los objetivos buscados porque el sistema no logra afianzarse de manera generalizada. A modo de ejemplo, puede señalarse que la utilización no académica de las netbooks dentro del aula es uno de los aspectos que más mencionan, tanto por parte de alumnos como de docentes y que ponen trabas al aprovechamiento adecuado de la tecnología.
Al decir de los docentes, los chicos suelen borrar programas que vienen incluidos para trabajar las diferentes áreas, aprovechando ese espacio abierto para poder acceder a Facebook o a Internet, mientras que tampoco aprovechan las netbooks en sus casas y evaden la responsabilidad de realizar tareas, aduciendo que no tienen Internet, en lugar de buscar zonas con wi-fi. A ello se suman otros inconvenientes, como el hecho de que hay demoras en la reparación de las computadoras rotas o la no recepción de las mismas por parte de muchos alumnos.
De todos modos, si bien la experiencia no ha sido del todo positiva, la continuidad del plan Conectar Igualdad resulta importante y en la actualidad más de 170 mil chicos de las escuelas secundarias estatales cuentan con netbooks, teniendo en cuenta que para gran parte de los mismos les hubiera resultado imposible obtenerlas. Para los especialistas, entre los aspectos positivos figura el aporte de novedosas maneras de interrelación entre docentes y alumnos y coinciden en señalar que los verdaderos resultados se observarán en un tiempo prudencial, superando esta primera etapa experimental.
No quedan dudas de que la aplicación del plan permitió contribuir a la igualdad social dentro del ámbito escolar, pero es necesario que, para que ese cambio cualitativo alcance los resultados esperados, los encargados de implementarlo -maestros y profesores- adopten las necesarias técnicas de aprovechamiento de las computadoras para el dictado de las clases.
La política implementada por el Estado, entonces, debe abarcar también a quienes tienen destinada esa función, a los efectos de que generen conciencia entre sus alumnos de la importancia del elemento recibido. No sólo hay que dar netbooks a los chicos para igualarlos socialmente, sino que hay que enseñarles a utilizarlas para que puedan aprovechar sus bondades y la enseñanza recibida a lo largo de su vida.