El Gobierno alemán reprobó hoy con firmeza la conducta de varios ultraderechistas que durante una manifestación celebrada el domingo en la ciudad de Chemnitz, en el este del país, llamaron a dar caza a la "criminalidad extranjera" tras la muerte de un alemán presuntamente a manos de migrantes.
"Lo que pasó en Chemnitz y que en parte se puede ver en algunos videos no tiene cabida en nuestro Estado de derecho", indicó el portavoz del Ejecutivo germano, Steffen Seibert, en una comparecencia rutinaria ante los medios de comunicación celebrada ayer en Berlín.
“Ese tipo de motines y persecuciones de personas que tienen una apariencia diferente u otra nacionalidad, o el intento de propagar el odio por las calles, eso no lo toleramos, eso no tiene cabida en nuestras ciudades y digo en nombre del Gobierno que lo condenamos firmemente”, agregó.
De acuerdo con la información facilitada por la Policía, entre los 800 manifestantes que se reunieron en el centro de Chemnitz para protestar contra "criminales extranjeros" se encontraban ultraderechistas violentos que llegaron a lanzar botellas y piedras contra los agentes y contra algunos migrantes.
Tres de los ciudadanos extranjeros afectados por los disturbios, un afgano, un sirio y un búlgaro, presentaron denuncias en comisaría, mientras que la Policía continúa investigado lo ocurrido y ha pedido a los ciudadanos que les hagan llegar videos o fotos que puedan arrojar luz sobre lo ocurrido.
