Un nene de dos años debió ser rescatado de un secarropas

La centrifugadora estaba desenchufada, el pequeño se metió y quedó trabado. Los accidentes en el hogar son la primera causa de muerte en niños de 1 a 5 años.

Un nene de dos años debió ser rescatado de un secarropas

El domingo pasado, un móvil policial, un vehículo de Bomberos Voluntarios de Godoy Cruz, otro del Cuartel Central de Bomberos y una ambulancia del Servicio Coordinado de Emergencias coincidieron en una casa del barrio Gráfico, en Godoy Cruz. Todos habían acudido a partir de un llamado al 911, de la familia de un niño de dos años que quedó trabado en un secarropas y no lo podían sacar.

Los bomberos utilizaron una barra Halligan, herramienta que suelen usar para hacer palanca y abrir puertas y vehículos cuando es necesario un rescate. Gracias a eso, pudieron liberar al pequeño del electrodoméstico, sin que sufriera ninguna lesión. Especialistas advirtieron, sin embargo, que los accidentes domésticos son la primera causa de muerte en los niños de entre uno y cinco años y que se debe preparar el hogar para ellos.

Bruno Salinas, uno de los Bomberos Voluntarios de Godoy Cruz que liberó al nene de dos años, comentó que recibieron una llamada del 911 alrededor de las 15 del domingo. Cuando llegaron al domicilio en el barrio Gráfico, detalló, se encontraron con policías que estaban intentando sacarlo de la centrifugadora. El chico, detalló, estaba parado y al parecer había adoptado una posición similar a la de una cigüeña, con un pie apoyado y el otro levantado, que era el que se le había trabado y le impedía salir (afortunadamente, el aparato no estaba enchufado).

El bombero señaló que, como el fuelle de goma les impedía ver esto, tuvieron que abrir el secarropas y añadió que hasta que lo lograron sintió la adrenalina de no saber si el pequeño estaba bien, en especial porque él mismo es padre. Salinas, quien se sumó al cuerpo de voluntarios en 1998, recordó otro caso similar, en que a un nene se le atoró el pie en el desagüe de la ducha y tuvieron que hacer un agujero en el piso para sacarlo, también sin lesiones.

El bombero comentó que en cuanto liberaron al nene de la centrifugadora, empezó a jugar y que antes de que se fueran policía, bomberos y médico ya estaba cerca de unas rejas, por lo que lo alejaron para que no se le trabara la cabeza ahí. Bruno Salinas resaltó que si bien los padres suelen sentir culpa cuando ocurren estos casos, en apenas unos segundos de descuido los niños pueden meterse en situaciones complicadas.

Gladys Fernández de Magistocchi, docente de la cátedra de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la UNCuyo, planteó que es responsabilidad de los adultos prever un posible accidente. Y subrayó que los que ocurren en el hogar constituyen la primera causa de muerte en los niños de uno a cinco años, y de ellos, los que mayor número de fallecimientos acarrean son los ahogamientos, lo que puede suceder en piletas de todo tamaño.

La especialista agregó que los accidentes que se dan con mayor frecuencia son las caídas -esto, independientemente de las consecuencias que conlleve- y que por debajo del año suelen ocurrir cuando el bebé se cae de los brazos de hermanos o abuelos, de una cama o la sillita; mientras después del año, el niño termina en el suelo porque tropieza, llegó a una escalera o trepó a cualquier superficie.

Fernández de Magistocchi, quien hasta hace poco era responsable del Programa Provincial de Prevención de Accidentes (la actual, Laura Caram, no se encuentra en la provincia), resaltó que hay que detectar los sitios donde el niño puede lastimarse. Para ello, indicó, hay que tener una mirada muy crítica del hogar, pero desde el punto de vista del infante.

Esto, porque el modo que tienen los pequeños de aprender es investigar, tocando y llevándose cosas a la boca. Además, es difícil enseñarle a un niño menor de cinco años a reconocer el riesgo. La docente señaló que además de preparar el hogar, se debe tener mucho cuidado cuando se va a otras casas que no están preparadas. Y que cuando se quedan con un adulto, que no sea alguno de los padres, debe ser una persona responsable y con capacidad de respuesta. A veces los abuelos no tienen los reflejos necesarios, subrayó.

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