Política, poder y juego, el esquema se repite en todo el país. Hoy en la Argentina existe 502 salas de juego y casinos de los cuales 272 se inauguraron durante el kirchnerismo, es decir que en la "década ganada" el negocio del juego se incrementó en un 118%.
Periodismo para todos (PPT) mostró anoche cómo impacta el crecimiento de las apuestas en la sociedad, el avance exponencial del empresario Cristóbal López y la falta de control en los sistemas de tragamonedas.
Para la diputada Elisa Carrió, el juego "es realmente uno de los peores problemas de cómo se ha llevado a la sociedad por la ilusión del dinero; a perder el poco dinero que tienen. Es el mayor, el más grave, escandaloso e inmoral impuesto a los pobres que ha producido la era Kirchner. Han convertido el centro de las ciudades en lugares miserables casi alrededor de los casinos".
PPT viajó de Salvador Mazza (Salta) a Ushuaia (Tierra del Fuego), para mostrar cómo el juego se expande por el país.
En ambas provincias los gobiernos locales solo pueden saber lo que ganan los casinos a través de los que ellos mismos presentan en sus declaraciones juradas. En otras provincias como Córdoba, Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, sí hay control pero el software que se utiliza para el sistema "real time on line" lo proveen las mismas empresas que concesionan los casinos.
En Córdoba se trata de de Compañía de Entretenimiento y Turismo SA (CET), cuyos principales accionistas son Benito Roggio y Miguel Ángel Caruso, mientras que en la Ciudad opera el empresario del juego más importante del país, Cristóbal López.
López tiene casinos en todo el país y es dueño del 50% de una de las salas más grande de Latinoamérica, el City Center-Rosario, que fue levantado en un territorio controlado por la banda narco "Los Monos".
Hoy, el casino es un edificio de lujo rodeado de villas miseria en la entrada sur de la ciudad; fue inaugurado durante la gestión de Hermes Binner aunque el entonces gobernador se pronunció en contra de su apertura. Tiene alrededor de 2.700 máquinas, 80 mesas de paño y factura $1.000 millones. López también controla el Hipódromo de Palermo, donde desembarcó durante la presidencia de Néstor Kirchner.
Esta sala había sido autorizada en 2002 por el entonces presidente Eduardo Duhalde, pero López amplió el negocio y de las 70 máquinas iniciales pasó a 4.500. El crecimiento lo habilitó Kirchner autorizando la instalación de más tragamonedas a través de decretos presidenciales.
Según los concesionarios cada una de esas máquinas rinde $1.500 por día. Eso indica que se recaudarían, según los Casinos, 6.750.000 a diario. También de los barcos Casino de Puerto Madero y el Trilenium de Tigre participa López. Carlos Menem en 1999 autorizó los barcos y comenzaron a funcionar "en aguas nacionales", tributándole a la Nación.
