Por Gastón Bustelo- gbustelo@losandes.com.ar
Es difícil entender cómo sucedió. Casi tres años pasaron desde que la empresa LAN comenzara a denunciar ante la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) los problemas que advertían los pilotos en el aeropuerto de Mendoza. Concretamente, había desprendimiento de hormigón en la junta de dilatación (es la parte de alquitrán que se ve). Lo detectaron porque el Coeficiente de Fricción, que marca el desgaste que tiene la pista, comenzó hace cuatro años a dar números que alertaban sobre la necesidad de hacer reparaciones. “Si un pedazo de hormigón entraba en una turbina podía pasar cualquier cosa”, cuentan ahora los que se animan.
Desde distintas organizaciones y entidades vinculadas a la aviación, afirman que el ex administrador, Francisco Pérez, sabía lo que sucedía en el aeropuerto. “Decía que no le interesaba el turismo. Estaba más preocupado por las elecciones”, dicen los que se ocuparon de anoticiarlo sobre los problemas del aeropuerto. Al final, hicieron un bacheo para llegar hasta ahora.
¿Por qué nadie hizo nada?
La ANAC estaba manejada por el kirchnerismo y había mucha gente de La Cámpora en la repartición. “Desde que LAN comenzó a denunciar lo que pasaba, empezaron a perseguir a la empresa. Parte del conflicto de las mangas con Intercargo tenía que ver con el estado de la pista de El Plumerillo”, aseguran los que conocen de raíz del problema. Los pilotos de Aerolíneas, tenían prohibido decir o contar lo que advertían cuando aterrizaban en Mendoza.
Lo cierto es que a nadie le interesó durante casi tres años, lo que podía pasar con las 1.300 personas que diariamente llegan a nuestra provincia en avión según el estudio del Ieral, Fundación Mediterránea.
El diputado provincial Lucas Ilardo (FpV) ahora se preocupa por buscar, entre otras cosas, beneficios impositivos para el sector por los problemas que traerán la obras en el aeropuerto. Debería haber empezado por buscar al responsable que demoró las mejoras y puso en riesgo la vida de los pasajeros. Pero bueno, sabemos que eficiencia y honestidad nunca fueron compatibles con La Cámpora. Seguramente Ilardo esté pensando en un proyecto pero no para buscar responsables. No se sorprendan si él o su mujer, la senadora nacional Anabel Fernández, piden que se declaren de interés las obras que empezarán en setiembre.
De buscar a los responsables de semejante negligencia, ni hablar. Además, tampoco algún funcionario local o nacional ha dicho nada en ese sentido. Más de lo mismo, otro ejemplo de la penosa corporación política funcionando a pleno; siempre ocultándose y cuidándose entre ellos.