Necesitamos un ordenamiento productivo

Un informe del IDR sobre las hectáreas implantadas en Mendoza, tanto en vitivinicultura como fruticultura y horticultura, permitió establecer que, a excepción de la primera, en el resto de los casos hay falencias que deben ser solucionadas. Se conoce el e

Necesitamos un ordenamiento productivo

Un completo informe, brindado por funcionarios del Instituto de Desarrollo Rural (IDR) y de Agricultura y Contingencias Climáticas, en Diputados, permitió establecer cómo se encuentra distribuida la actividad agrícola en la provincia y alertar, además, sobre las falencias que aún existen y que es necesario modificar.

En ese marco, se pudo conocer que el total de hectáreas en producción es de 318 mil, distribuidas en 18% en el oasis centro; 31% en el Este; 28 % en el Norte y 23% en el Sur, destacando entonces que, de ese total, casi 50% corresponde a la actividad vitivinícola, seguidos por ciruela, olivo y durazno (fruticultura) y en menor medida por la horticultura, especialmente ajo, tomate y zapallo. Para el IDR, es necesario discutir cuál será el futuro de los demás cultivos, en razón de que el desarrollo vitivinícola ha llegado a su techo.

Es en este caso cuando comienzan a plantearse los mayores inconvenientes porque, en el caso de la horticultura, 73 % de los productores poseen menos de 5 hectáreas y que, por falta de información conveniente sobre las variedades de producción en cada una de las plantaciones, deciden de acuerdo a criterio propio y no con las necesidades de los mercados.

Como ejemplo podríamos señalar que en el caso de la fruticultura, en el Alto Valle del Río Negro -y en menor medida también en Mendoza- las plantaciones se modifican según la demanda nacional e internacional, lo que genera cambios en las variedades de manzana o pera, mientras en Mendoza, ante un reclamo producido por productores de damasco, por los bajos precios del producto, las autoridades señalaron que en la gran mayoría se trataba de gente que había implantado damasco a modo de corta vientos en las propiedades, pero que el producto no se adaptaba a los requerimientos de los mercados. En la actividad hortícola los problemas se potencian porque se trata de una gama mucho más amplia de productos.

Otro de los aspectos a considerar es establecer qué tipo de cultivos puede adaptarse a la zona. Según se indicó, los organismos oficiales se han abocado al estudio para establecer cuáles son las que cuentan con mayor afectación por el granizo y las heladas, contando ya con datos concretos de los últimos cinco años y con elementos considerados de los más avanzados de América Latina.

También se estableció que una de las falencias se plantea con el riego, ya que si bien en la vitivinicultura hay conciencia acabada del cuidado del agua, en la fruticultura 59% por ciento de las hectáreas implantadas siguen siendo regadas por surco, con el consiguiente gasto innecesario de agua. El riego a manto sólo es posible para la horticultura, donde resulta difícil la aplicación de la tecnología.

Un aspecto esencial para la horticultura es el precio, variable de ajuste para la continuación o no de un cultivo. En Mendoza, en la última década, creció la extensión de papa semilla pero, como el producto ha tenido altibajos en los precios, en los últimos tres años viene perdiendo nuevamente superficie implantada. En el caso del zapallo las posibilidades se amplían porque ha logrado desarrollar un negocio de exportación a Europa, mientras en el ajo, si bien mostraba una situación estable en cantidad de hectáreas, en las últimas temporadas viene retrocediendo fuertemente por la caída en los precios como consecuencia de la competitividad del ajo chino.

El informe es completo en lo relativo al análisis de la situación y resta ahora establecer las posibles soluciones. En la vitivinicultura, por ser una actividad ordenada y de trabajo en conjunto, se cuenta con información suficiente pero no sucede lo mismo con la fruticultura y la horticultura. Mendoza cuenta con delegaciones del INTA (Luján, San Carlos y Junín) que desarrollan una tarea importante; se suma el trabajo del IDR en cuanto a estadísticas y de ProMendoza en la comercialización. Será cuestión de coordinar los esfuerzos para establecer un necesario ordenamiento y adaptar de la mejor manera la producción a las exigencias de los mercados.

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