El fuerte respaldo que públicamente el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, le dio al gobernador Cornejo en el acto de reinauguración de la plaza San Martín evidencia la necesidad de consolidación de la coalición gobernante en el país, luego del golpe que le aplicó al Gobierno la inestabilidad económica. Además, hace trascender nuevamente a uno de los funcionarios que más sabe interpretar la política, como Frigerio, reinsertado en la mesa estratégica del presidente Macri junto a otros que también habían sigo marginados, como Ernesto Sanz y Emilio Monzó.
Si bien fuentes cercanas a Frigerio señalaron que el énfasis puesto por el funcionario nacional no debe sorprender porque marca una relación que perdura, que siempre estuvo, que la sintonía de éste con Cornejo no debe sorprender, no hay dudas de que el momento es especial. Todas las encuestas coinciden con la caída de imagen del presidente Macri por culpa de la crisis económica y muchos desaciertos atribuidos a la falta de muñeca política luego del triunfo de mitad de mandato.
La crispación social viene preocupando hace tiempo a Cornejo y sus colaboradores y el temor al llamado efecto arrastre preocupa en el radicalismo provincial. Dicen que los números que le llegan por encargo, que siempre Cornejo guarda celosamente, confirmarían que también en la provincia el descontento con la gestión presidencial repercute en la satisfacción ciudadana contra el gobierno local.
De todos modos, el reacomodamiento entre las fuerzas que integran Cambiemos tiene explicaciones, según la mirada de dirigentes del radicalismo con llegada a la mesa del gabinete macrista. “El Gobierno acentúa su necesidad de tener muy buena masa crítica y en ese aspecto siguen considerando vitales en el Pro tanto a Alfredo Cornejo como a los gobernadores Morales y Valdés, además de la experimentada dirigencia que la UCR tiene en distritos estratégicos en lo electoral, como la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires.
Por otra parte, la visita de Frigerio se suma a otra muy reciente de Macri. Esa frecuencia, sostienen en la UCR, es demostrativa de que desde el entorno presidencial la prioridad es mostrar la unidad de Cambiemos. Y esa unidad pasa inevitablemente por el gobernador mendocino.
En ese marco resulta ya casi inevitable incluir lo relacionado con la sucesión del Gobernador a partir de 2019, aspecto, como ya señaláramos en una columna anterior, que no deja de preocupar a Cornejo y que será una de sus prioridades de ahora en más. La disputa será entre los funcionarios e intendentes radicales y el macrista De Marchi. Cobos mide muy bien en las encuestas, pero deberá definir en algún momento si quiere o no ser parte de las opciones. En el radicalismo nacional entienden que en el marco de unidad que se pretende acentuar y en virtud de los apuros que genera la caída de imagen del oficialismo, sería casi seguro que desde la Casa Rosada se respete la voluntad del Gobernador con respecto a quién éste promueva.
Rearmarse con urgencia. En cuanto al justicialismo, principal oposición tanto aquí como a nivel nacional, parece querer encontrar en estos momentos una línea conductora entre lo nacional y provincial a partir de las turbulencias que sufre la gestión de Macri.
Los dirigentes del PJ en general se encuentran en pleno debate y búsqueda natural de protagonismo. La mayoría, los más expertos, saben bien que un reordenamiento lleva tiempo y en ese sentido recién hace dos años que dejaron el poder. Pero la abrupta caída de imagen presidencial los alienta y comienzan a percibir que hay más chances electorales que hace algunos meses.
Consideran que ese mismo justicialismo que tras la derrota de 2015 le aseguró gobernabilidad a Cambiemos, es el que ahora, tras casi dos años y medio de gestión, sostiene que el Gobierno ya no tiene más nada que mostrar. La crítica apunta a la caída del poder real del salario y a la política para favorecer concentraciones económicas. Algunos, como el titular del partido en nuestra provincia, Omar Félix, sostienen que muchas cosas por las que se criticó al gobierno anterior son también llevadas a cabo por el macrismo, y citan como ejemplo la dependencia del Banco Central de la conducción política.
Están los que vislumbran en el justicialismo nacional una fuerte actitud hacia la búsqueda de una propuesta política de unidad, en la que muchos no kirchneristas también incluyen a la ex presidenta Cristina Fernández. Sin embargo, la estimación es que todo se definirá en primarias porque la distancia entre algunos dirigentes influyentes no podrá ser superada.
En cuanto a nuestra provincia, se escuchó en los últimos días la voz del experimentado Adolfo Bermejo llamando a la unidad de todo el peronismo, tradicional y kirchnerista.
El ex candidato a gobernador y actual senador provincial sostiene que no habrá un destino político favorable para el PJ si las disidencias hacen que una o más listas de candidatos compitan por afuera del partido el año próximo. Pide esfuerzos de la dirigencia para lograr plena unidad en el partido y advierte que las PASO suelen ser engañosas al sostener que “ha quedado demostrado que a veces lo que se obtiene en las primarias no se puede repetir fácilmente en las elecciones generales”.
Hay otro detalle no menor. Mientras a nivel nacional una eventual división partidaria en dos listas puede ser favorable por la existencia del balotaje, en nuestra provincia, en la que no está contemplada electoralmente la segunda vuelta, una eventual división puede terminar favoreciendo al principal adversario, en este caso el oficialismo cornejista.
Con su experiencia, Adolfo Bermejo pide que todos sus pares recuerden que el peronismo “se fue mal” con la gente, tanto de la gestión nacional como en esta provincia. Y que si bien la imagen de Mauricio Macri está por el momento en caída, le corresponde a la oposición “mostrar una propuesta muy superadora” para reconciliarse con la ciudadanía y poder competirle con chances a un gran estratega político como Alfredo Cornejo.
¿Qué sigue atentamente el Gobernador para darle forma al cronograma electoral? Fundamentalmente, el derrotero del gobierno nacional, que debe, sí o sí, salir de las urgencias en materia económica. Un aspecto vital en tal sentido es cerrar correctamente con el Fondo Monetario Internacional, una apuesta fundamental pese al rechazo general que genera. Además, se espera que en los precios no siga repercutiendo en forma desmedida el repunte del dólar, para lo cual hay mucha expectativa por la reglamentación de la nueva ley de Defensa de la Competencia.
El monitoreo casi constante de una realidad nacional no esperable motiva más que nunca a Cornejo a preparar con especial celo los desafíos que se acercan.