Era una competencia de remo, de 8 largos con timonel, embarcación que compartía con Elías, su hermano mayor, cuando sorpresivamente él quebró el remo de su bote. Los organizadores no lo podían creer y revisaron cada centímetro del lago buscando algún elemento extraño que hubiese provocado el accidente, pero llegaron a la conclusión que había sido José por su tremenda potencia.
Los hermanos Nazar fueron protagonistas de la historia de Regatas. Institución a la que llegaron como socios con 6 años de edad. Primero fueron deportistas y luego dirigentes. José desde 1984, cuando le ganó las elecciones a Pedro Basile, hasta marzo de 2017 ocupó la presidencia de forma ininterrumpida. Su gestión celebró el Centenario del club; al que condujo para convertirlo en el más grande de Mendoza.
Elías y José, tenían 7 y 5 años, cuando de la mano de su mamá Adela recorrían las orillas del lago y disfrutaban del espectáculo que brindaban aquellos botes, que a partir de la década del ‘30, eran el deleite de la sociedad mendocina los domingos por la tarde. Ambos gozaron de una vida de club plena, cuando hacían gimnasia o bañaban su niñez en las aguas del lago, en la pileta precaria.
José fue un exitoso deportista en pelota paleta, boxeo, rugby, basquetbol, tenis y también natación. A los 11 años, con casi dos metros de altura, se inscribía en las competencias internas de remo, su deporte preferido. Participaba en el doble par y en los 4 y 8 largos con timonel.
“Tanto para mí como para Elías, Regatas ha sido siempre nuestro segundo hogar. Al que nos acostumbramos a querer y cuidar desde pequeños. Hemos sido testigos de su permanente progreso, del auge de los distintos deportes, con la íntima satisfacción de verlo convertido hoy en una ciudad deportiva”, había señalado -en una entrevista- el médico prestigioso. Aquel hombre que de niño vivía en la esquina de Paso de los Andes y Lamadrid, donde su papá (don Jorge), tenía un almacén.
